Por Nacho Palou — 30 de marzo de 2016

Cuerpo-Humano-Da-Vinci-1507En Nautilus, Top 10 Design Flaws in the Human Body,

Los griegos estaban obsesionados con un cuerpo humano matemáticamente perfecto. Pero desafortunadamente para cualquiera que persiga ese ideal no fuimos diseñados por Pigmalión, el escultor mítico que talló a la mujer perfecta, sino por MacGyver. La evolución ha construido nuestros cuerpos con los equivalentes biológicos a la cinta adhesiva y a los tacos de madera. Y la única forma de perfeccionar el resultado (que no sea con el impacto de un asteroide) es hackear el modelo actual. «La evolución no busca la perfección» explica Alan Mann, antropólogo de la Universidad de Princeton, «sino resultados».

El artículo repasa una decena de imperfecciones del cuerpo humano; macgyveradas llevadas a cabo por la evolución que en realidad más o menos resultan y funcionan, aunque no por ello son necesariamente la mejor opción.

Un ejemplo es la exposición de los testículos «el órgano vivificante del hombre queda expuesto y vulnerable colgando fuera del cuerpo.»

El porqué está ampliamente aceptado; se considera que tiene que ver con mantener el esperma a una temperatura algo por debajo de la del cuerpo humano. De ese modo el esperma se conserva y mantiene aletargado hasta que se activa y pone en marcha al calor de la vagina. Pero los elefantes tienen los testículos dentro del abdomen.

También a ojos de algunos nuestra columna vertebral «es un desastre» — una espina dorsal forzada a convertirse en columna vertebral por hacernos bípedos. La causa de que nos duela la espalda, especialmente la parte inferior: «tendríamos que volver a las cuatro patas.»

La retina, la rodilla, la pelvis, las grandes arterias femorales y braquiales... partes y soluciones que analizadas o comparadas con cómo lo han resuelto otras especies se pueden cuestionar. Pero las que tenemos son las que hay y nos han traído hasta aquí, así que funcionan.

* * *

Por otro lado,

Es importante tener en cuenta que no todos y cada uno de nuestros detalles fisiológicos tienen necesariamente un propósito evolutivo.

Imagen: Dibujo del interior del cuerpo humano de Leonardo da Vinci, 1507.

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