Sucedió en la Copa del Mundo de esquí alpino que celebra en Italia estos días: A los 11 segundos de comenzar uno de los descensos, un dron de gran tamaño de los equipos de televisión cayó por el mismo lugar por el que acababa de pasar el austríaco Marcel Hirscher instantes antes, por suerte sin consecuencias.
«Parece que había mucho tráfico aéreo» dijo el esquiador, tomándoselo a broma y haciendo chistes sobre lo buenas que serían las fotos para las redes sociales – aunque si le hubiera caído en la cabeza le habría hecho pupita: esos drones con equipamiento pueden pesar decenas de kilos pues han de levantar pesadas cámaras y baterías para aguantar mayor tiempo en el aire.
La suerte quiso que el dron cayera detrás de él, lo cual aparte de un destrozo espectacular por las piezas que salieron volando por todas partes no parece que le afectara, pues no llegó ni siquiera a rozarse con ellas ni apenas a enterarse de los sucedido hasta que llegó al final de la pista.
Hasta hoy se habían visto algunos fallos espectaculares de equipos de grabación: cámaras aéreas de esas que vuelan sobre algunos campos de fútbol atadas a cables y similares, algún que otro pequeño avión a radiocontrol… pero a esto de los drones caídos del cielo va a haber que irse acostumbrarse.
(Vía @Trecet + @GVazquezNY.)