Los colegas de DeDrones enseñan en este vídeo qué son las hélices toroidales que dicen que están «causando furor» en internet y más allá, cómo se imprimen en 3D y cuáles son sus ventajas, probándolas en condiciones reales. Las pruebas son de varios tipos; primero en laboratorio y luego ahí en mitad del campo a lo payés, con avisos claros de «niños, no intentéis hacer esto en casa» dado que no es algo apto para todos los públicos; ellos son expertos en el tema –como han demostrado en sus múltiples vídeos del canal– y pueden hacerlo sin mayores peligros.
Este tipo de hélices ya se usaban en tiempos de Arquímedes para mover embarcaciones y otros usos; a diferencia de las hélices convencionales que tienen palas que rotan más o menos en el mismo plano las toroidales tienen las palas girando en círculo en dos planos diferentes. En teoría son más aerodinámicas y eficientes, lo cual puede sonar raro porque si no han triunfado en dos milenios por algo será. Pero quién sabe si hay otras razones que se nos escapan. El caso es que desde hace tiempo en el M.I.T. han experimentado con varios diseños de hélices toroidales bipala y tripala de este tipo para drones, que los aficionados pueden descargar en 3D de diversos repositorios para imprimirlas y hacer sus pruebas, como se puede ver en el vídeo.
El problema de estas pruebas es que la impresión 3D suele producir componentes un tanto frágiles; no son lo mismo que las palas patanegra fabricadas con plástico o fibra industrial, pero para unas pruebas pueden valer… Aunque está claro que en cuanto haya un «contacto» un tanto brusco la cosa se irá al garete.
En las primeras pruebas parece como si las toroidales fueran más ruidosas que las hélices normales, pero en cuanto el dron despega –en interiores– se observa una gran diferencia en el ruido generado por su característico zumbido mientras que el control del dron es más o menos el mismo. En las pruebas de campo la cosa empieza mal con las hélices bipala (tremendo crash) pero las tripala pare que funcionan sorprendentemente bien, al menos hasta que una maniobra envía el dron al suelo y las palas «al cielo», quedando salvajemente arrancadas, atomizadas, sacrificadas al Dios de la aerodinámica. En el canal de DeDrones así como en su Twitter e Instagram se irán viendo más progresos a medida que sigan con las pruebas. ¡Todo por la ciencia y la tecnología!
Relacionado:
- Carreras de drones a alta velocidad en espacios cerrados
- Enjambres de drones que aprenden a volar esquivando obstáculos
- «Adiós»: un espectacular vídeo musical grabado en (casi) un solo plano con un dron a toda velocidad
- El Burj Khalifa en un vuelo en vertical desde su cima hasta el suelo con un dron a toda velocidad, en FPV y 4K
- Las vistas desde 4.500 metros de altura con un dron autorizado para volar mucho más alto de lo normal