Por Nacho Palou — 8 de marzo de 2016


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Según el gráfico publicado en MIT Technology Review, en 2015 se detectó —se calcula, se cree,...— una reducción en las emisiones de CO2 a escala global. Esto es, en 2015 se emitió un poco menos de este gas, considerado causante del efecto invernadero, que el año anterior (2014).

Según la publicación «de ser cierto» (sic) se trataría del primer descenso de la historia [de la historia de las emisiones del CO2] que no coincide con una recesión económica, pero «aún no está claro que podamos seguir creciendo económicamente sin que aumenten las emisiones», añade la publicación.

Desde hace años y gracias a la regulación, las emisiones de CO2 originadas en EE UU y Europa se mantienen “estables” —esto es, que aumentan pero sólo “un poco”– por lo que la reducción global se debería a una reducción en las emisiones de grandes contaminantes como China. Lo cual tampoco es una buena noticia: un reducción del CO2 puede ser consecuencia de una recesión, pero también puede anticipar una recesión.

Por otro lado, que la reducción no coincide con una recesión económica es más que cuestionable por razones evidentes. Es verdad que sería magnífico que la respuesta a la pregunta «¿Hemos llegado al pico máximo de emisiones globales de CO2?» fuera SÍ. Pero conociendo la tendencia y en tanto en realidad no tenemos ni idea muy probablemente la respuesta sea NO.

De hecho, según se puede leer en Global greenhouse-gas emissions set to fall in 2015, para Corinne Le Quéré del Insituto Tyndall para el cambio climático, «la reducción de 2015, aunque alentadora, se debe más probablemente a una anomalía que a un cambio en la tendencia de crecimiento de las emisiones que se iniciaron con la Revolución Industrial (...) es improbable que estemos en un pico máximo de emisiones» y este respiro tiene más que ver con la desaceleración de China. «Muchas economías emergentes están basadas en el carbón» y las reducciones en las emisiones de CO2 por parte de los países más desarrollados no son suficientes para absorber el incremento de los países en desarrollo.

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