El ayuntamiento turco de Kusadasi, situado en la provincia de Aydin, acaba de hundir un Airbus A300 frente a sus costas a una profundidad de entre 25 y 30 metros con la idea de que se convierta en un arrecife artificial que se llene de vida marina que sirva como atractivo para llevar a la zona turistas interesados en el buceo.
El avión, fabricado hace 36 años, y una vez eliminado de su interior cualquier componente que se pudiera reutilizar o que pudiera ser contaminante una vez sumergido, viajó desde Estambul en cinco piezas para volver a ser montado antes de emprender su último viaje.
En según qué zonas del planeta hay montones de aviones hundidos durante las guerras variadas que hemos ido librando por ahí –y el Mediterráneo no anda escaso de ellos– pero al menos este está en un punto accesible y no tiene las connotaciones negativas que sin duda tiene un avión hundido durante una guerra.
(La noticia la he visto pasar por mil sitios, pero este vídeo en concreto lo he encontrado en Aerotendencias vía Controladores).