En Texas están sufriendo los efectos del huracán Harvey, aunque afortunadamente ha bajado a categoría 1 tras tocar tierra. Pero los meteorólogos han advertido en varias ocasiones que no es tanto el viento como la cantidad de agua que trae consigo lo que puede causar los peores estragos.
Y según se puede leer en Here’s What We Know About Global Warming and Hurricanes esto tiene mucho que ver con el calentamiento global.
Por un lado, las temperaturas más elevadas hacen que el agua del mar se evapore más rápidamente y el aire más caliente es capaz de contener más vapor de agua.
Por otro, la subida del nivel del mar hace que los efectos de la marejada ciclónica asociada al huracán vayan a ser peores, ya que llegará más adentro y con más altura.
Y, finalmente, los huracanes cargan energía a partir del agua del mar, que en el Golfo de México está ahora a uno o dos grados Celsius más caliente de lo habitual; eso hizo que Harvey cogiera fuerzas para convertirse en un huracán de categoría 4.
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