Por Esther — 28 de junio de 2011

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Nueva York, la meca de los taxis, anima a la gente a compartirlos para "robar" pasajeros a otros medios y mantener la actividad. La Comisión de Taxis y Limusinas facilita que los clientes se organicen en pequeños grupos según la ruta que les interese. Es de perogrullo que el viaje compartido sale más barato. Además, reduce costes, la factura enérgetica, la contaminación y el uso del espacio público.

En las antípodas de NY, Candelaria (Santa Cruz de Tenerife) ya usan los taxis compartidos desde marzo del 2009. Tienen un motivo más. Fue la solución para comunicar barrios complicados, con cuestas empinadas y nombres tan indicativos de su situación como Barranco Hondo, Las Cuevecitas o Malpaís. Allí viven cerca de 10.000 de los 26.000 vecinos de la ciudad, muchos mayores de 65 años, y no contaban con transporte público.

Los taxis funcionan como una línea regular de pasajeros con recorridos, paradas y horarios establecidos según las necesidades de la gente. Los usan de media 1.350 personas de lunes a viernes y parece que va muy bien.

En la memoria técnica (pdf) se detallan los aspectos jurídicos y económicos. El sistema es posible gracias a un convenio entre el Ayuntamiento, los taxistas y el Cabildo, vigente hasta el 2013. El presupuesto total es de 307.761 euros (21% municipal y 79% aportado por otros organismos).

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