Por Nacho Palou — 30 de junio de 2015

En The Atlantic CityLab, Where Electric Vehicles Actually Cause More Pollution Than Gas Cars, se refiere a un estudio que compara las emisiones contaminantes de los coches de gasolina y las emisiones contaminantes equivalentes de los coches eléctricos.

Que un coche de gasolina causa menos daños medioambientales que un coche eléctrico parece una afirmación imposible. Pero consideremos el siguiente experimento mental antes de descartarlo del todo.

Un vistazo al tubo de escape de un coche eléctrico deja claro cuáles son sus ventajas: no hay emisiones, no hay contaminación, no hay problema. Echa un vistazo ahora hacia una chimenea para tener una imagen totalmente diferente. El coche eléctrico que no causó ningún daño medioambiental durante el día sin embargo tiene que cargarse de electricidad durante la noche. Y esto requiere una gran cantidad de electricidad producida por alguna planta de energía que se encuentra en algún lugar. Y si esa planta de energía quema carbón para producir electricidad no es difícil imaginar que su chimenea arrojará más emisiones de la que escupe el tubo de escape de un coche de gasolina.

El asunto no es trivial, pero el artículo detalla los términos de la investigación. De forma «muy simplificada», básicamente compara las emisiones (principalmente CO2, SO2, NOx y partículas) que salen directamente del tubo de escape de un Ford Focus de gasolina a lo largo de una milla con las emisiones originadas por las plantas de energía que producen la electricidad necesaria para hacer funcionar un Ford Focus eléctrico que recorre esa misma distancia de 1,6 km.

El estudio repasa estado por estado —de EE UU— cuáles son los orígenes de la electricidad que allí se produce —fuentes renovables o procedentes de la quema de combustibles fósiles— y lo convierte a un valor económico de coste en daños por milla recorrida, entre un centavo por milla (menos contaminante) y cinco centavos por milla (más contaminante).

De este modo resulta que hay estados y regiones de EE UU —principalmente la costa este y noreste— donde utilizar un coche eléctrico en realidad contamina más que conducir un coche de gasolina porque allí hay más plantas de energía que recurren a la quema de combustibles fósiles para producir electricidad.

Por el contrario en la costa oeste de EE UU la proporción de electricidad producida a partir de fuentes de energías renovables es mayor, por lo que allí producir la electricidad necesaria para que el Ford Focus eléctrico recorra una milla implica una cantidad menor de emisiones saliendo por las chimeneas de las centrales que las que salen por el tubo de escape del Ford Focus de gasolina durante una milla.

De modo que «los beneficios medioambientales de conducir un coche eléctrico varían sustancialmente dependiendo de dónde estés» o de dónde cargues el vehículo; algo que ya se sabía pero que ahora, en EE UU, se puede consultar directamente en un mapa.

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