Una de las causas del cambio climático y de la creciente desertización se debe a la reducción en la masa forestal, en todo el mundo. La solución fácil es plantar árboles, aunque lo difícil es plantar árboles en una cantidad significativa, suficiente para marcar la diferencia.
Esto es lo que viene a resolver, al menos sobre el papel, la idea de Lauren Fletcher, antiguo ingeniero en la NASA, que considera que los drones pueden ser de gran utilidad en esta tarea. Calcula que con la ayuda de esas pequeñas aeronaves no tripuladas y capaces de volar de forma autónomo sería 'relativamente fácil' plantar mil millones de árboles cada año, y combatir de este modo, al menos en parte, problemas relacionados con la deforestación, caso del aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera --que los árboles absorben de forma natural-, aumento de las temperaturas promedio o la creciente desertización.
La idea de utilizar drones es similar a la propuestas de utilizar bombas de racimo para sembrar plantas en terrenos áridos,
La Misión Seedbomb implica utilizar un avión bombardero cargado de Cápsulas de Semillas. Básicamente el proyecto consiste en esparcir semillas sobre terrenos áridos donde la vegetación natural ha desaparecido debido a la actividad del hombre como la deforestación, que supone de desertización del terreno. Cada cápsula contiene un suelo artificial cultivado con semillas que son lanzadas desde el aire en regiones seleccionadas.
En este caso los drones irían igualmente provistos de pequeñas cápsulas con semillas pregerminadas que irían diseminando mientras sobrevuelan de forma autónoma zonas determinadas sobre el mapa. Todo el proceso puede realizarse sin recurrir a mano de obra humana. Las semillas pregerminadas van encapsuladas en un gel con nutrientes que favorecen su cultivo y --con un poco de suerte-- algunas de ellas acabarán convirtiéndose en árboles.
GoodNewsNetwork, vía Übergizmo.