Por Nacho Palou — 31 de Marzo de 2008
Nos hemos comido 824 millones de animales en un año -- El año pasado los españoles llevamos al matadero y luego nos comimos a más de 824 millones animales. Descontadas vísceras y otros restos no consumibles, la biomasa total consumida sumó 5,8 millones de toneladas de carne, según los últimos datos de la encuesta de sacrificio de ganado 2007 del Ministerio de Agricultura.

Aunque siempre había tenido la sensación de que nos teníamos que estar pimplando un montón de animales, creo que no me había imaginado que fueran cifras tan grandes. Aunque comer hay que comer carne, salvo que seas vegetariano convencido (conocí a una que lo era siempre "excepto de vez en cuando"), hay que comerla con responsabilidad y respeto por el animal sacrificado y siendo conscientes de la cantidad de recursos que se necesitan para poner un filete en tu plato --recuerda que un sólo chuletón requiere 15.500 litros de agua potable.

Según Naciones Unidas, la producción de carne animal para alimentación humana supome el 18 por ciento de las emisiones de gases contaminantes a nivel mundial.

En Your Meat Is Green) hay recopilados una decena de consejos para "carnívoros responsables". Resumo y traduzco breve y libremente:

  1. Aprende a cocinar para aprovechar mejor y hacer un uso más efectivo de la carne.
  2. Compra carne procedente de animales criados de forma natural, en granjas y en pastos libres, que supone una mejor vida para el animal y beneficia el medio ambiente.
  3. Mejor cuanto menos empaquetada esté. En lugar de comprar carne en bandejas de poliestireno expandido y plástico, el papel de carnicero de toda la vida.
  4. Aprovecha las sobras, como huesos para hacer caldo o restos de pollo para croquetas (¡hmmm!, ¡croquetas de pollo!)
  5. Si tienes ocasión y aunque sea de vez en cuando, compra directamente en granjas o en los lugares de origen de la carne para evitar el consumo extra de transporte.
  6. Reduce la ingesta de carne incrementando la guarnición o combinándola con otros alimentos en el mismo plato.
  7. Gasta más en menos cantidad pero de mayor calidad.
  8. Compra en la carnicería de la esquina, el carnicero de barrio conoce mejor que nadie el producto, te puede servir carne local e incluso ayudarte a aprovecharla bien y cocinarla mejor.
  9. Si toca comida basura rápida elige con sabiduría: algunas cadenas de comida cuidan más el origen y la calidad de la carne que sirven que otras.
  10. Elige carne procedente de animales criados con alimentos orgánicos. La producción de los fertilizantes sintéticos utilizados para acelerar el crecimiento del forraje para ganado emite más de tres millones de toneladas de nitrógeno a la atmósfera, cada año.
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