Por @Wicho — 10 de abril de 2018

Son bicis, no setos

Hace unos años el gobierno chino pensó que las bicicletas de alquiler podían ser una gran idea para mejorar la movilidad en las ciudades y de paso intentar bajar un poco el elevado nivel de polución atmosférica que hay en muchas de ellas.

Así que permitió la implantación prácticamente sin control de empresas dedicadas a este negocio. Se trata de bicicletas que en lugar de quedar estacionadas en bases como las que se pueden ver en ciudades como Londres, Madrid o París se pueden dejar y recoger en cualquier sitio, al estilo de los coches de Car2Go, por ejemplo. Una aplicación móvil las desbloquea cuando alguien las quiere usar y luego las vuelve a bloquear. Aunque les ha salido el tiro un tanto por la culata.

El problema es que las empresas se lanzaron como locas sobre este mercado y ahora hay muchas más bicis que demanda. Me recuerda a cuando en España aparecieron, literalmente, cientos de proveedores de Internet, aunque estos al menos no ensuciaban…

Pero al problema de que haya más bicis que demanda –lo que ya ha llevado a alguna empresa a la bancarrota– se une el que los chinos no están demostrando ser especialmente cívicos, dejando las bicis apiladas en cualquier sitio, lo que dificulta la circulación, el propio paso de los peatones, y se ha convertido en todo un lío. Por no hablar de lo de tirarlas a canales y cosas así, claro.

¡Que no cabemos!

Así que ahora el gobierno chino ha frenado la creación de nuevas empresas, aparte de verse obligado a recoger miles y miles de bicicletas abandonadas en cualquier sitio y tener que establecer prohibiciones acerca de dónde se pueden dejar, a ver si y cómo solucionan el problema.

Tulipanes no, bicicletas

Las fotos son de la galería The Bike-Share Oversupply in China: Huge Piles of Abandoned and Broken Bicycles de The Atlantic.

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