Este resumen rápido de Life Noggin con guión de Amy Shira Teitel explica la situación actual del agua en nuestro pequeño planeta y cómo la escasez de ese recurso natural ha acabado generando auténticas guerras por el agua y cómo en el futuro nos puede abocar a algo peor incluso. No hace siquiera falta mencionar el escenario Mad Max II: va incluido en el vídeo.
El caso es que aunque casi el 80 por ciento de nuestro planeta está cubierto de agua, ese agua es salada. Y del 20% restante una gran parte está congelada en los casquetes polares. Así que la que queda circulando por ríos, lagos y acuíferos naturales no es tanta (menos del 4%). Por suerte el ciclo del agua hace que todo se recicle maravillosamente provocando lluvia a partir de las nubes, filtrándose en la Tierra, circulando por los ríos hasta el mar y evaporándose de nuevo para formar más nubes.
Sin embargo, el crecimiento de la población y nuestro devorador consumo de este preciado recurso natural hace que estemos consumiendo más agua potable de la que hay en estas fuentes, incluyendo los acuíferos subterráneos. Esto ya está sucediendo en África, Eurasia y las dos Américas.
Esta escasez lleva a dos tipos de «guerras»: la primera, la guerra de precios a la que se ven abocados los granjeros, que son los principales consumidores de agua del planeta. Si hay poca agua se produce menos comida, y si hay menos comida los precios aumentan. El segundo tipo es que la competencia salvaje y militar entre países cercanos por hacerse con los pocos recursos que haya disponibles, lo cual ya ha llevado a conflictos bélicos (Darfur, Yemen) en los que además los campos de cultivo suelen quedar arrasados tras el uso de la fuerza bruta. Sea por una u otra razón al final hay escasez de alimentos. Así que al final todos salimos perdiendo.
Ciertamente la situación tiene pinta de que pueda acabar bastante a lo Mad Max si no nos ponemos las pilas –igual que con todo lo relacionado con el calentamiento global y la escasez de otros recursos. Ahora bien, no anima mucho que el vídeo termine recordando que «al menos existen sitios como La Bóveda Global de Semillas Svalbard para guardar muestras» de cara a que sus genes sean recuperados en un futuro tras cualquier tipo de catástrofe. Como bien dicen: el planeta es bastante resiliente… La humanidad, quién sabe.
Relacionado,