La idea detrás de LoliStraw es bien sencilla: reemplazar las pajitas de plástico por pajitas de un material biodegradable que realice la misma labor. De ese modo al desecharse no llegan al mar y contaminan las aguas, dejándolo todo asqueroso y peligroso para el medio ambiente.
La solución es utilizar unas algas que son comestibles – algo así como las de la comida japonesa. El material de esas algas se compacta en forma de pajita para que cumpla su función durante 24 horas desde que se sumerge en cualquier líquido – y normalmente se usará mucho menos tiempo.
Estas algas son respetuosas con el medio ambiente; de hecho absorben CO2. Cuando se han usado se pueden comer (0 calorías) y las hay en seis sabores/colores distintos. También se pueden compostar y en 60 días se integran con otros materiales orgánicos.
Según calculan sus creadores en países como los Estados Unidos se utilizan 500 millones de pajitas de plástico cada día, lo que unido a otros plásticos se convierte en 8 millones de toneladas de material contaminante y que no-biodegradable que acaba en las aguas de los océanos. Aunque su precio es bastante más caro que el de las pajitas de plástico –aunque no está muy claro todavía cuál es exactamente– dicen que resulta competitivo con el de otras alternativas. De momento ya han conseguido la financiación en Kickstarter para la primera fase, así que habrá que ver qué tal aceptación tienen cuando se pongan a la venta.
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