Por Esther — 25 de agosto de 2009

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Mapa eólico de Gibraltar, en el Atlas Eólico de España. Azules: Vientos de menos de 4 a 5 metros por segundo. Verdes: de 5 a 6,5. Amarillo: de 6,5 a 7. Naranjas de 7 a 8. Rosas, de 8 a 8,5. Rojos, de 9 a 10 metros por segundo. Imagen, cortesía de Meteosim

Meteosim, una joven empresa fundada por cuatro físicos formados en la Universidad de Barcelona, desarrolla mapas meteorológicos basados en modelizaciones y simulaciones con aplicaciones muy dispares. Merece la pena curiosear su web, ni que sea para consultar qué tiempo hará en tu ciudad.

Una de sus especialidades es el viento y han desarrollado herramientas para la navegación o incluso la Copa América y por descontado, para la energía eólica.

Meteosim ha elaborado el Atlas Eólico de España, por encargo del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía y un atlas similar para el Gobierno peruano.

Santi Parés, director comercial y socio fundador, explica: "El sector privado valora cada vez más poder calcular qué impacto tendrá el viento en su actividad y así, gestionarla mejor, sobre todo, eléctricas e hidroeléctricas, autopistas o estaciones de esquí".

Otro frente abierto son informes para compañías de seguros, puesto que los límites de un "era impredecible" al "se podía haber previsto" no están siempre muy claros y es necesario un informe técnico.

La llamada meteorología forense avanza cada más, gracias al empuje del sector privado porque el público, sencillamente, tiene otras necesidades. No obstante, también se elaboran, por ejemplo, mapas de riesgo para los bomberos a través del meteogrid.

Los cálculos derivados del viento sirven también para elaborar mapas de la calidad del aire. Se trata de saber "el riesgo de contaminación", datos realmente interesantes si hablamos de un foco emisor de gases como una central de ciclo combinado.

Las aplicaciones, gracias al departamento de I+D, "no paran de crecer", puntualiza Joan Aymamí, presidente de Meteosim, orgulloso de recordar que "éramos cuatro cuándo empezamos y ahora somos 20, la meteorología es un nicho laboral de valor añadido con mucho futuro".

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