15 de abril de 2008

Por Esther Celma Los titulares de la central nuclear Ascó I, la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV) informaron mal al Consejo de Seguridad Nuclear sobre la fuga de partículas radioactivas al exterior del pasado 4 de abril.

Los datos, aún provisionales, del CSN, concluyen que su nivel de actividad es de 0,0023 curios, 250 veces más que la información inicial, según Ecologistas en Acción.

Tanto el CSN como la ANAV certifican que no es peligroso ni para las personas ni para el medio ambiente.

La versión de la ANAV sobre el baile de cifras es que los tres métodos usados en laboratorio son “más ajustados que las cifras obtenidas en el estudio preliminar, pero que requieren mayor margen temporal”, según un comunicado.

El CSN ya ha hecho pruebas radiológicas a 579 personas con resultados negativos. Se someterán a ellas alrededor de 800 personas, a las que hay que sumar alumnos de los cuatro grupos escolares que visitaron la central en fechas cercanas al incidente.

El CSN sube la clasificación del incidente del nivel 1 a 2 de la Escala internacional de sucesos notificables (INESS) “por un inadecuado control del material radioactivo y por proporcionar información incompleta y deficiente al organismo regulador”.

Es muy significativo que el CSN informe abiertamente:

Del análisis de la cronología de los hechos se deduce que ya el pasado día 9 de abril el titular conocía que la información de actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al CSN, a pesar haber sido requerido reiteradamente y por escrito. Tampoco informó de ello durante el Comité Local de Información extraordinario celebrado esa misma tarde en Ascó.

Los alcaldes de la zona, acotumbrada a la industria nuclear y poco proclive al alarmismo, ya han lamentado la falta de información.

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Esther es periodista freelance. Corresponsal de El Vigía y adjunta de El Periódico en Tarragona. También colabora con TV3 y la Agencia Efe.

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