Por @Alvy — 2 de junio de 2017

Una compañía suiza llamada Climeworks ha puesto en marcha su primera planta de depuración de aire para capturar CO2 de la atmósfera. Lo que hace básicamente es reciclar usándolo para «alimentar» la vegetación de un invernadero cercano y también a una estación de generación eléctrica.

Puede que suene un poco a «idea loca» porque aire hay muuucho en nuestra atmósfera, pero ya están con la primera planta en marcha. La idea parte de una base muy sencilla: gigantescos filtros por los que pasa el aire de cualquier entorno, que se filtra capturando el CO2. La gigantesca planta piloto tiene capacidad para separar 900 toneladas de CO2, lo cual podría considerarse una especie de emisiones negativas, algo beneficioso para el medio ambiente.

En Climeworks dicen que sus plantas pueden construirse a diversas escalas según las necesidades de cada zona y los presupuestos; cada una podría encargarse de entre 50 y 100.000 toneladas de CO2 anualmente (incluso un millón, llegan a decir). No hay mucha más información sobre si «las cuentas salen» en cuanto al coste y operación de estas plantas de reciclaje respecto a otras formas de reducir emisiones –quizá más «río arriba», antes de que surja el problema– pero a medida que avance la idea supongo que se irá viendo.

Eso sí: el reto a nivel global sería monumental: según han calculado utilizando plantas de este tipo hacia el año 2025 se podría eliminar el 1% de todas las emisiones de CO2 mundiales, pero para ello se necesitarían 750.000 grandes plantas de este tipo – y la colaboración de todo tipo de industrias y gobiernos de todo el planeta. No parece claro que fuera algo viable –porque las hojas de cálculo dan mucho de sí y permiten obtener cualquier número futurible– pero desde luego la idea es original cuando menos.

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