Por Nacho Palou — 16 de diciembre de 2009


Central Nuclear de Chernóbil desde la cercana ciudad de Prypjat, en la zona de exlusión. Fotografía: English Russia, vía Chernóbil tal como es hoy.

Aunque inicialmente se calculó que el tiempo necesario para que el cesio radiactivo, liberado tras el accidente de la central nuclear Chernóbil, desapareciera del entorno era de entre 180 y 320 años, ahora parece que la cosa va a ser más lenta de lo esperado.

Según los investigadores que estudian las muestras procedentes de la zona de exclusión -en la que en principio no se permite la entrada- aunque el tiempo necesario para que la mitad del material se descomponga (la semivida o periodo de semidesintegración) del Cesio-137 es de unos 30 años, 20 años después el suelo cercano a Chernóbil no registra esa disminución. Y los científicos no saben el motivo.

Los científicos trabajan con muestras del suelo extraídas cerca de la central a diferentes profundidades -en las que hay isótopos de cesio, plutonio y estroncio- cuya radiactividad viene siendo medida desde hace 20 años.

Este desacuerdo entre lo previsto y lo observado pone en duda los modelos utilizados para calcular la duración de la actividad de los materiales radiactivos a medio y largo plazo, que pueden oscilar entre unas decenas de años y unos cuantas decenas de miles de años. Ahora los científicos usarán estas medida para "validar los modelos actuales".

Fuente: Chernobyl Exclusion Zone Radioactive Longer Than Expected.

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