Por @Alvy — 8 de diciembre de 2016

Este minireportaje de Vox Media analiza con muchos datos y varios gráficos una de esas situaciones aparentemente absurdas de la economía moderna. Hace una década se podía viajar en avión facturando algunas maletas de equipaje sin pagar por ello, como parte del precio del billete. Pero hacia 2008 (crisis) las compañías comenzaron a cobrarlo con la excusa de que era «debido a la subida del precio del combustible». Eso ya pasó y desde 2014 el petróleo ha bajado a los niveles originales. ¿Por qué ahora no se elimina ese sobreprecio al equipaje facturado?

La respuesta es sencilla: el clásico porque así ganan más dinero.

Los detalles de la cuestión incluyen una situación en la que todas las compañías se benefician de mantener las mismas subidas (son pocas las excepciones) imponiendo reglas un tanto arbitrarias sobre qué se puede llevar en el equipaje de mano y cuánto hay que pagar por el que se factura. El hecho es que hay detalles más complejos, como los impuestos que se pagan por esos «extras» (o no), o que el hecho de que la gente vaya cargada de equipaje de mano alarga muchísimo las colas en los controles de seguridad (pero eso no supone un problema para la aerolínea, sólo para los pasajeros).

Según algunos estudios las únicas ventajas de que existan esos sobreprecios es que la gente tiende a viajar con más equipaje de mano y menos en bodega (el total es más o menos igual). Eso hace que se pierdan menos vuelos y menos maletas, y que se ganen unos minutos en cuanto a puntualidad.

En un mundo en el que los aviones parece que siempre van a llenarse de pasajeros, tengan el precio que tengan los billetes y los «extras», analizar los porqués es bastante más complicado de lo que parece.

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