La Fundación B612 tiene como objetivo mejorar nuestra capacidad para proteger a la Tierra de los posibles impactos de asteroides destructores. Eventos que son tan altísimamente improbables como potencialmente apocalípticos – y si no, que pregunten a los dinosaurios. No sería tarea fácil evitarlos, desviarlos o destruirlos, pero es que ni siquiera lo estamos intentando de veras: el presupuesto para la detección temprana es ridículo e insuficiente – de ahí que surgiera esta fundación.
Como ejemplo ilustrativo uno de sus responsables explicaba que preparar y lanzar un telescopio para examinar el firmamento y detectar con tiempo suficiente potenciales amenazas requeriría unos cuantos meses y tendría un coste de alrededor de unos 500 millones de dólares.
Pero nadie quiere poner ese presupuesto.
Y cuando decimos nadie es nadie: ni las superpotencias, ni la ONU, ni la gente a la que le preguntas si daría unas monedas para un proyecto de este tipo. (En parte puede ser normal porque es razonable considerar prioridades más urgentes como el cambio climático, paliar las hambrunas, etcétera).
Pero, irónicamente, la película Armageddon (1998) en la que Bruce Willis y compañía «hacen como que salvan a la Tierra del impacto de un asteroide destructor total» recaudó en su día en las salas más de 550 millones de dólares. Un touché en toda regla: no damos dinero para salvar nuestros culos, pero sí para ver «cómo harían para salvárnoslos». ¡Aggg!
Bonus: como suele suceder, el diario de «piliodismo» ABC veía el acercamiento de un asteroide hace unos meses de forma un tanto… más… «dramática» ;-)
(Vía Planet Money, un podcast altamente recomendable sobre «economía cotidiana» – o a veces no tanto.)