Por @Wicho — 16 de enero de 2019

Las Soyuz 4 y 5 acopladas en el espacio

El 16 de enero de 1969 a las 9:20, hora peninsular española, las cápsulas tripuladas Soyuz 4 y Soyuz 5 se acoplaban en el espacio, convirtiéndose en las dos primeras naves espaciales de la historia en llevar a cabo tal maniobra.

Y por si esto fuera poco a las 13:43 comenzaba un paseo espacial en el que Yevgeny Jrunov y Aleksei Yeliseyev pasaron de la Soyuz 5, en la que habían despegado, a la Soyuz 4, en la que aterrizaron. Fue la primera vez en la historia que se intercambiaban tripulantes entre dos naves espaciales y la única vez hasta en la que lo han hecho mediante un paseo espacial.

Tanto el acoplamiento como el paso de cosmonautas de una a otra nave eran maniobras necesarias para la misión tripulada a la superficie de la Luna que planeaba la Unión Soviética, aunque al final esa misión nunca llegó a llevarse a cabo.

Gracias a lo aprendido en el primer paseo espacial de la historia, llevado a cabo por Alekséi Leónov el 18 de marzo de 1965, los trajes que usaron Jrunov y Yeliseyev no se hincharon como globos, lo que permitió que en poco más de media hora consiguieran pasar de una nave a otra.

De hecho para lo complicada que era la misión a priori todo salió muy bien. El susto vino con la vuelta a casa de la Soyuz 5, pues el módulo de servicio no se separó del módulo de descenso. Esto hizo que la nave reentara en la atmósfera de morro, con Boris Volynov colgando de sus atalajes en lugar de apoyado en su asiento. Afortunadamente el módulo de servicio se separó antes de que la protección térmica de la nave se dañara seriamente y entonces el módulo de descenso se puso automáticamente en la posición adecuada para que el escudo térmico absorbiera el calor de la reentrada.

Pero aún había otra sorpresa para Volynov, pues las líneas de los paracaídas se enredaron un poco y además los cohetes de frenado fallaron, con lo que la toma fue realmente dura. Tanto como para que se le partieran algunos dientes, aunque la cosa podía haber sido peor.

Y por si fuera poco entre el rato de reentrada en posición incorrecta y el fallo parcial de los paracaídas al final aterrizó bastante lejos del punto previsto, con lo que Volynov tuvo que abandonar la cápsula por sus propios medios y caminar varios kilómetros con temperaturas de cerca de -40 ºC hasta encontrar refugio en casa de unos campesinos mientras los equipos de rescate llegaban a buscarlo.

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