Por @Wicho — 15 de abril de 2018

Mars Express

Diseñada para una misión de dos años la Mars Express de la Agencia Espacial Europea lleva más de catorce años en órbita alrededor de Marte, así que lo mires como lo mires la misión ha sido todo un éxito. Pero aunque la nave goza de muy buena salud aún después de todo este tiempo el desgaste de los giroscopios de a bordo puede suponer el fin de la misión.

La Mars Express –cualquier nave espacial, de hecho– necesita controlar a la perfección su orientación para poder apuntar su antena hacia la Tierra para enviar y recibir datos e instrucciones, así como para apuntar con sus instrumentos a donde se le indica. En su caso el mecanismo de guiado utiliza dos seguidores de estrellas y seis giroscopios para mantener ese control.

Los seguidores de estrellas son básicamente dos cámaras que hacen fotos del cielo y que mediante el procesado adecuado de estas permiten a la Mars Express determinar qué estrellas se ven en las imágenes y a partir de la orientación de éstas calcular su posición por triangulación. Hacen esas fotos cada pocos segundos, aunque también puede ocurrir que en un momento dado no estén en su campo de visión el número suficiente de estrellas que conoce como para determinar la posición.

Así que los giroscopios, que detectan cualquier movimiento de la sonda en cualquiera de sus tres ejes, se encargan de actualizar la información sobre la orientación de la Mars Express entre actualizaciones de los seguidores de estrellas.

Pero hace algún tiempo que cuatro de los giroscopios están dando señales de que van a fallar. Desde el control de la misión calculan que al ritmo actual de desgaste entre enero y junio de 2019 la Mars Express se quedará sin giroscopios.

Sin embargo en la ESA saben que si es necesario es posible trabajar sin giroscopios, como ya hicieron con Rosetta o con ERS-2.

Mars Express v2.0

Sólo que el software de guiado de la Mars Express no está diseñado para funcionar sin que los giroscopios estén en marcha, así que el fallo de sus giroscopios supondría el fin de la misión a menos que se pueda actualizar el software de a bordo para funcionar básicamente con los seguidores de estrellas, dejando los giroscopios apagados la mayor parte del tiempo.

Varios equipos de la agencia llevan meses trabajando en modificar programas escritos hace más de quince años para el procesador MA31750 de 16 bits, lo que ha sido un esfuerzo considerable, aún a pesar de que han podido aprovechar parte del código escrito para Rosetta. Y después de muchas pruebas tienen la confianza suficiente en la nueva versión del «sistema operativo» de la Mars Express como para habérselo enviado.

La Mars Express ha recibido algunas actualizaciones menores de software a lo largo de su misión, pero en este caso es una actualización de gran calado. Tanto que la ESA se refiere a ella como Mars Express v2.0.

Ahora mismo ese código reside en una de las áreas de memoria de uno de los dos ordenadores de a bordo, listo para que mañana, lunes 16 de abril de 2018, la sonda reciba la orden de reiniciarse y cargar este nuevo software, aunque si se produce algún fallo al activarlo la sonda está programada para reiniciarse con el código antiguo, cargado desde otra de las áreas de memoria. Y es que a 150 millones de kilómetros de distancia de la Tierra no hay nadie que pueda ir a darle al interruptor para apagar y encender.

Si todo va bien el equipo de la misión necesitará un par de semanas para terminar de reconfigurar la sonda y ver que todo va bien antes de volver al funcionamiento normal, que es el de «acer la cencia».

Con esta actualización, y siempre que no falle ningún componente crítico, la Mars Express podrá seguir en funcionamiento hasta que se le termine el combustible, lo que las últimas estimaciones que he visto indican que podría suceder en 2026.

(Algunos datos vía Pedro Duque).

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