#Aeolus' laser system emits short powerful pulses of ultraviolet light down to Earth. The telescope aboard the satellite collects the light backscattered from the air molecules, dust and water droplets, explains @Leonardo__Space rep at the European launch event @esaoperations pic.twitter.com/JxgCzxutc8
— ESA EarthObservation (@ESA_EO) 22 de agosto de 2018
Poco más de una semana después de su lanzamiento el equipo de control de la misión de Aeolus puso en marcha Aladin, el instrumento que lleva a bordo para medir la velocidad del viento –el único instrumento que lleva a bordo, de hecho–. Y los primeros resultados, aún cuando no está terminado de calibrar, están dejando gratamente sorprendidos tanto a los técnicos como a los científicos de la misión.
Aladin, de Atmospheric LAser Doppler INstrument, Instrumento atmosférico láser doppler, dispara 50 pulsos de láser ultravioleta hacia la atmósfera y capta los fotones que vienen de vuelta tras rebotar en moléculas de aire o en las partículas en suspensión que hay en él. Con esto Aladin toma dos medidas, una la altitud a la que se ha producido el rebote; otra la velocidad a la que se movía la molécula o partícula con la que chocó.
Lo primero lo hace midiendo el tiempo que tarda el volver el pulso en función de la velocidad de propagación del láser, igual que un radar mide la distancia a la que está un objeto en función de la velocidad de propagación de sus ondas. Lo segundo lo calcula midiendo el cambio en la frecuencia del láser que provoca la velocidad de las moléculas o las partículas con las que choca.
En este gráfico las mediciones muestran una órbita completa alrededor de la Tierra, desde el Ártico hasta la Antártida, y de vuelta. Los colores azul claro y amarillo indican áreas libres de nubes, amarillo oscuro y rojo indican partículas de polvo, nubes finas y más gruesas, y en algunos casos rojo también indica la superficie de la Tierra. El azul más oscuro indica las áreas donde la luz ultravioleta ha viajado a través de una nube o donde no hay señal – ESA/ECMWF
Las mediciones de Aladin, disponibles en tiempo casi real, serán incorporadas a los modelos que manejan los meteorólogos para predecir el tiempo, con la esperanza de que los haga más fiables. Y es que en realidad no tenemos ni idea de cómo se comporta el viento sobre la mayor parte de la superficie de nuestro planeta porque no hay instrumentos instalados para medirlo. Aladin, además, no sólo cubrirá toda la Tierra, sino que además lo hará tomando mediciones desde la superficie hasta unos 30 kilómetros de altitud. En cualquier caso aún quedan meses de calibración y puesta en marcha antes de que la misión sea declarada operativa.
El pobre Aeolus no tiene cuenta en Twitter, pero se pueden seguir sus andanzas a través de @ESA_EO, la cuenta del programa de observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea.