El pasado 11 de diciembre la empresa japonesa ispace –que se llama casi igual que otra empresa china también relazionada con el espacio– lanzaba el aterrizador Hakuto-R con destino a la Luna. El Falcon 9 que lo lanzó lo colocó en una trayectoria de baja energía que minimiza el uso de combustible a cambio de tardar más en llegar. Tanto es así que hasta hace unas horas no entraba en órbita alrededor de nuestro satélite, curiosamente en su día número 100 en el espacio.
Hakuto-R aún tiene que realizar unas cuantas maniobras más para circularizar su órbita antes de poder intentar alunizar. Pero por ahora todo sigue adelante para poder convertirse en la primera misión privada en alunizar. De una pieza. Esto le llevará hasta finales de abril. Si lo consigue Japón se convertirá, además, en el cuarto país en aterrizar en la Luna tras la Unión Soviética, los Estados Unidos y China.
Para ispace este es el hito número siete de los diez en los que ha dividido la misión por si algo falla en algún momento. Los siguientes son completar las maniobras de ajuste de la órbita; aterrizar; y que el aterrizador funcione correctamente tras hacerlo. El punto de aterrizaje primario es el cráter Atlas, en el sureste del Mare Frigoris, aunque hay otros puntos alternativos planeados por si fuera necesario.
Entre las cargas útiles que van a bordo del aterrizador están el rover Rashid de la Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos y el minúsculo rover Sora-Q, que mide 8 centímetros de ancho y pesa 250 gramos, desarrollado por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).
La idea es, en el futuro, seguir enviando aterrizadores con otras cargas útiles.
La empresa está en Twitter como @ispace_inc.