Por @Wicho — 10 de abril de 2020

Estos selfies tomados desde el espacio que muestran nuestro planeta, el hogar común que compartimos, en uno de los períodos más preocupantes e inciertos que muchos de nosotros hemos pasado, nos dan una lección de humildad.

– Günther Hasinger,
Director científico de la ESA

Tal y como estaba previsto la sonda BepiColombo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) sobrevoló la Tierra durante las primeras horas del 10 de abril de 2020.

El objetivo de la maniobra era utilizar la gravedad de nuestro planeta para que la sonda perdiera cinco kilómetros por segundo de velocidad y de paso desviar su trayectoria rumbo a Venus. Tendrá que hacer aún dos sobrevuelos de Venus y seis más de Mercurio antes de poder entrar en órbita alrededor de él, que es el objetivo de su misión, en diciembre de 2025. Llegar a Mercurio desde la Tierra es muy complicado porque nuestro planeta –y todo lo que despega de él– gira mucho más rápido alrededor del Sol y hay que perder esa velocidad extra. Como no tenemos cohetes lo suficientemente potente lo suplimos con planetas.

El momento más delicado fueron los 34 minutos durante los que la sonda quedó dentro de la sombra de la Tierra; por primera vez desde su lanzamiento el 20 de octubre de 2018 sus paneles solares dejaron de producir electricidad y tuvo que depender única y exclusivamente de sus baterías para mantenerse en funcionamiento.

Impresión artística de la BepiColombo sobrevolando la Tierra – ESA
Impresión artística de la BepiColombo sobrevolando la Tierra – ESA

Pero toda la maniobra se llevó a cabo sin problemas aún con un equipo mínimo en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) debido a la COVID–19.

El equipo de la misión utilizó las cámaras de monitorización de la sonda para hacer unas fotos de despedida de la Tierra. Y usará tanto nuestro planeta como la Luna para hacer pruebas de calibración de los instrumentos de a bordo.

Estas maniobras de asistencia gravitacional son muy frecuentes. Permiten cambiar la trayectoria de las naves espaciales sin utilizar combustible*. Eso permite ahorrar ese peso y utilizarlo para instrumentos científicos, que son lo verdaderamente importante. De hecho el nombre de la misión es un homenaje a Giuseppe (Bepi) Colombo (1920-1984), un científico, matemático e ingeniero de la Universidad de Padua que fue quien primero pensó en este tipo de maniobras.

Una vez en Mercurio BepiColombo observará el planeta desde su órbita y estudiará la composición, topografía y morfología de su superficie y su interior, así como el entorno del planeta y su magnetosfera. Será la segunda misión que pongamos en órbita alrededor del planeta tras la MESSENGER de la NASA, que llegó allí en marzo de 2011 y terminó su misión en 2015.

La misión está en Twitter como @BepiColombo, aunque sus distintos módulos tienen también sus propias cuentas.

*A cambio modifican en un decimal remotísimo la velocidad de rotación del astro que se usa para hacerlas. Nada es gratis en este universo.

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