Por @Wicho — 22 de marzo de 2022

Uno de los dos MiG-29UB que Celestia Aerospace tiene apalabrados – Celestia Aerospace
Uno de los dos MiG-29UB que Celestia Aerospace tiene apalabrados – Celestia Aerospace

He de reconocer que daba a Celestia Aerospace, la empresa dispuesta a diseñar, construir y lanzar nanosatélites desde España, como desaparecida en acción porque hacía años que no se sabía nada nuevo de ella. Pero me alegra saber que el proyecto toma impulso de nuevo gracias a una ronda de inversión de 100 millones de euros que acaban de cerrar (en español en PDF).

La idea es utilizar un caza MiG-29UB desmilitarizado, al que han bautizado Archer, para poner en órbita nanosatélites usando misiles también desmilitarizados bautizados como como Space Arrow que lanzará desde 20 kilómetros de altitud. Serán nanosatélites que entren dentro del estándar CubeSat en cuanto a sus dimensiones y que pesen entre 1 y 10 kilos. El Archer es capaz de lanzar dos Space Arrow en cada vuelo, lo que le da una capacidad total de transporte a órbita de 32 Kg y colocarlos en órbitas de hasta 600 kilómetros. Al conjunto Archer + Space Arrow se le conoce como Sagittarius Airborne Launch System.

SALS
Sagittarius Airborne Launch System - Celestia Aerospace

Es un concepto similar a los Pegasus de Northrop Grumman o al LauncherOne de Virgin Orbit, pero a escala más pequeña. O al del Roc de Stratolaunch, que tras la quiebra de la empresa intentan convertirlo en una especie de plataforma de lanzamiento para aeronaves hipersónicas.

De todas formas con la nueva ronda de inversión la empresa tiene la intención de ampliar sus objetivos y ofrecer también el diseño de los satélites según las especificaciones de sus clientes. De ese modo podrá ofrecer un servicio completo que va desde el diseño de los satélites hasta su lanzamiento y operación.

Los planes más inmediatos pasan por viajar a los EE.UU. en unas semanas para cerrar la compra de dos MiG-29UB –la versión biplaza de entrenamiento– y otros dos MiG-29A, aunque estos dos últimos sólo para piezas, y un Aero L-39 Albatros como avión se seguimiento. Una vez cerrada la compra serán necesarios unos 4 ó 5 meses para instalarles la aviónica necesaria y pintarlos antes de que puedan volar a España.

Si todo va bien –y para ello llevan tiempo hablando con la AESA (Agencia Española de Seguridad Aérea) y con el Ejército del Aire– esperan poder empezar la campaña de vuelos de prueba antes de que termine 2022.

Luego vendrá demostrar la capacidad de poner cargas en órbita y después la viabilidad del modelo de negocio, que en el caso de Celestia Aerospace se centra en la rapidez –hablan de un tiempo de espera máximo entre lanzamientos de una semana– y la flexibilidad en el calendario para adaptarse a las necesidades del cliente si hubiera retrasos –o incluso un adelanto– a la hora de tener el satélite listo para el lanzamiento.

Esta rapidez y flexibilidad son similares a laa que lleva tiempo anunciando Rocket Lab como unas de sus ventajas, aunque lo cierto es que aún no han alcanzado la cadencia de un lanzamiento al mes de la que hablan desde el principio. Quizás les ayude el que acaban de estrenar una segunda plataforma de lanzamiento. Es también similar a lo que ofrece Astra, que por fin acaba de conseguir su primer lanzamiento con éxito. Aunque cualquiera de las dos empresas, en especial Rocket Lab, apunta a cargas más pesadas que las de Celestia Aerospace.

Así que apunto en la agenda ver cómo va el asunto a mediados del último trimestre de este año.

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