Por @Wicho — 1 de septiembre de 2016

A las 13:07 UTC del 1 de septiembre de 2016 el cohete Falcon 9 de SpaceX que tenía previsto lanzar el satélite de comunicaciones Amos–6 el día 3 resultó destruido en la plataforma de lanzamiento 40 de Cabo Cañaveral durante una prueba de sus motores.

Dado que el cohete estaba ya en su configuración de lanzamiento el Amos–6, valorado en unos 200 millones de dólares, también resultó destruido. Se ve como cae al suelo aún dentro de su cofia protectora allá por el minuto y 25 segundos del vídeo. Este satélite iba a ser el primero de la plataforma Internet.org de Facebook que tiene como objeto llevar el acceso a Internet a países en desarrollo.

Hacer la prueba de ignición de los motores con al cohete en su configuración de lanzamiento es algo que SpaceX hace desde hace relativamente poco. Les permite ahorrarse un día en el procesado previo al lanzamiento, pero visto lo visto igual en el futuro se plantean volver a hacer la prueba de motores antes de la integración de la carga útil.

La explosión, por ahora de origen desconocido, también ha afectado a la plataforma de lanzamiento 40 de Cabo Cañaveral.

Afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales.

SpaceX ha dado a entender que la explosión no fue causada por un fallo del cohete sino de los equipos de tierra, pero mientras esto no se aclare sus lanzamientos quedarán suspendidos. A corto plazo esto afectará tanto a lanzamientos de satélites artificiales como el de la cápsula de carga Dragon con destino a la Estación Espacial Internacional en noviembre. Pero si la pausa se prolonga es muy probable que también retrase el lanzamiento de la primera Dragon tripulada en un vuelo de pruebas no tripulado, algo que estaba previsto para mayo de 2017.

Es un duro golpe para SpaceX, que acababa de anunciar que SES va a ser el primer cliente en utilizar un Falcon 9 recuperado para el lanzamiento de su satélite SES–10, un lanzamiento que estaba previsto para el último trimestre de 2016 y que con toda seguridad se verá pospuesto.

Dado que las plataformas de lanzamiento se construyen lo suficientemente separadas en previsión de posible problemas la plataforma 41, que será utilizada para el lanzamiento de la misión OSIRIS-REx de la NASA el 8 de septiembre no se ha visto afectada.

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