Esta pasada noche Arianespace ha lanzado sin problemas la misión VV18. En ella un cohete Vega puso en órbita el satélite Pléiades Neo 3 junto con los satélites Bravo, ELO Alpha, dos unidades de Lemur-2, y el NorSat-3 como cargas extra. Sería un lanzamiento más de no ser porque es la segunda vez que el Vega vuelve al servicio desde su vuelo inaugural en 2012.
El Vega es el lanzador europeo pequeño y había tenido 14 lanzamientos sin problemas hasta que falló la misión VV15 en julio de 2019. El origen del fallo estuvo en que la protección térmica del motor de la segunda etapa era un milímetro más delgada de lo necesario a causa de un error en su fabricación. Parece poco pero fue lo suficiente como para que se produjera una fuga de gases calientes que dio al traste con la misión.
En septiembre de 2020, identificado el problema y adoptadas las medidas necesarias para que no volviera a suceder, el Vega volvió al servicio con un lanzamiento compartido de 50 satélites en la misión VV16.
Pero la alegría duró poco porque en noviembre de ese mismo año se perdía la misión VV17 y con ella el satélite español Seosat y el francés Taranis. En esa ocasión el fallo vino de que se habían cruzado dos cables del sistema de control durante el ensamblado de la segunda etapa, con lo que, simplificando un poco las cosas, el cohete viraba a la derecha cuando el sistema de control le decía que lo hiciera hacia la izquierda y viceversa.
De nuevo identificado el origen del problema y tomadas las medidas oportunas para que no vuelva a suceder el lanzamiento de esta pasada noche, como decíamos antes, ha marcado su segunda vuelta al servicio. Aunque le queda poco porque se supone que en 2022 será sustituido por el Vega–C.
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