Por @Wicho — 27 de septiembre de 2022

Nos estamos encaminando hacia una nueva era de la humanidad. Una era en la que potencialmente tenemos la capacidad de protegernos de algo como el impacto de un asteroide peligroso. Es algo increíble. Nunca antes habíamos tenido esa capacidad.

– Lori Glaze,
directora de la División de Ciencias Planetarias
de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA

Esta pasada noche, diez meses después de su lanzamiento, la sonda DART de la NASA se estrellaba –a propósito– contra el asteroide Dimorfo. Su objetivo era modificar, aunque sea mínimamente, la órbita del Dimorfo alrededor de Dídimo, otro asteroide. De ahí el nombre de la misión, Double Asteroid Redirection Test, Prueba de redireccionamiento de un asteroide binario.

No hay ninguna posibilidad de que el impacto saque a Dimorfo de su órbita alrededor de Dídimo. Ni de que ninguno de los dos vayan a a ser desviados hacia la Tierra como consecuencia de él. De hecho, fueron escogidos como objetivo de la misión precisamente porque no suponen ningún peligro para nosotros.

Pero la idea es ver si seríamos capaces de desviar un asteroide que viniera hacia la Tierra pegándole un buen piñazo. El cambio será muy pequeño, pues a fin de cuentas DART tenía una masa de unos 570 kilos frente a los 5 millones de toneladas de Dimorfo. Pero con tiempo un pequeño cambio en la trayectoria de un asteroide puede ser suficiente como para que no corramos la suerte de los dinosaurios. Aunque aquí el concepto fundamental es «con tiempo»; en eso aún tenemos que mejorar.

Infografía con DART, Dimorfo y Dídimo a escala comparados con objetos como un bus, el Arco del Triunfo, la Estatua de la Libertad, las pirámides de Giza, el One World Tarde Center, o el Burj Califa
DART, Dimorfo y Dídimo a escala con otros objetos – DLR

La respuesta a si DART lo ha conseguido la tendremos en los próximos días o semanas en cuanto empiecen a llegar a Tierra las imágenes tomadas por las dos cámaras que van a bordo de LICIACube, un CubeSat que DART liberó unos días antes del impacto. Y en cuanto otros observatorios que han seguido el impacto, como por ejemplo ATLAS, y que están ahora mismo obteniendo imágenes de Dimorfo tras él, puedan establecer si hemos cambiado su órbita o no.

Pero la «prueba del algodón» la hará la misión Hera de la Agencia Espacial Europea (ESA). Con un lanzamiento previsto en octubre de 2026, llegará al sistema Dídimo–Dimorfo en 2026. Una vez allí analizará los dos asteroides para que tengamos constancia fehaciente de sus características físicas, lo que permitirá terminar de afinar los cálculos acerca de los resultados del impacto de DART.

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