Por @Wicho — 31 de mayo de 2018

Dawn durante su aproximación a Ceres

La sonda Dawn de la NASA lleva en órbita alrededor de Ceres desde marzo de 2015 y dado que sigue funcionando perfectamente la agencia ha extendido la misión en dos ocasiones. La última de estas extensiones fue anunciada en octubre de 2017 y especificaba que orbitaría el planeta enano a unos 200 kilómetros de altitud mínima.

Pero dado que la misión ha cumplido con creces con sus objetivos la NASA ha decidido arriesgar más y desde principios de junio de 2018 Dawn estará en una órbita de tan sólo 50 kilómetros de altitud, o incluso algo menos, lo que le permitirá obtener imágenes e información acerca de la composición de su superficie con más detalle que nunca.

Para ello cuenta con una cámara –en realidad dos idénticas por redundancia– que se usa para obtener imágenes en el visible y para la navegación, con un espectrómetro que trabaja en las bandas de la luz visible y del infrarrojo para investigar la composición de la superficie y con un detector de rayos gamma y neutrones para medir la abundancia de oxígeno, magnesio, aluminio, silicio, calcio, titanio, hierro, potasio, torio, uranio y agua hasta un metro de profundidad.

Además el estudio de las señales de radio usadas para comunicarse con la sonda y los datos de navegación de esta se usan también también para estudiar de forma indirecta el campo de gravedad de Ceres y por tanto, grosso modo, su estructura interna, aprovechando las pequeñas variaciones que se producen en ellas según la gravedad de Ceres tire más o menos de la sonda.

Será probablemente la última fase de la misión, que terminará cuando la sonda se quede sin combustible para sus motores de maniobra, momento en el que será aparcada en órbita alrededor del planeta enano para evitar contaminar su superficie.

Lanzada el 27 de septiembre de 2007, Dawn estuvo en órbita alrededor del asteroide Vesta, el segundo objeto con más masa del cinturón de asteroides y el tercero en tamaño, entre 2011 y 2012, antes de partir hacia Ceres. Es la primera misión que consigue orbitar dos astros, algo que ha logrado gracias al uso de motores de iones.

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