Por @Wicho — 2 de mayo de 2023

Primera hoja de la demandaEl Centro para la Diversidad Biológica, la American Bird Conservancy, la Fundación Surfrider, Save RGV y la Nación Carrizo/Comecrudo de Texas han presentado una demanda contra la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos por haber concedido la licencia de lanzamiento del Starship. Argumentan, entre otras cosas, que lo ha hecho sin haber tenido realmente en cuenta el «calor, ruido y luz intensos que afectan negativamente a las zonas y comunidades de hábitats circundantes, que incluyen hábitats críticos para especies protegidas a nivel federal, así como terrenos de Refugios Nacionales de Vida Silvestre y Parques Estatales.»

Los demandantes alegan que, según lo que dice la Ley Nacional de Política Medioambiental (NEPA, National Environmental Policy Act), la FAA tenía que haber requerido que la empresa llevara a cabo una declaración de impacto ambiental completa. Y no haberse dado por satisfecha emitiendo una declaración de impacto no significativo (FONSI, Finding of No Significant Impact) que aunque incluye algunas medidas para mitigar los efectos del funcionamiento de las instalaciones de SpaceX en Boca Chica y de los lanzamientos en opinión de los demandantes son claramente insuficientes.

Básicamente, dice la demanda, es como si la FAA hubiera decidido creer a SpaceX y encargarle a la empresa la vigilancia de todos los aspectos medioambientales de su operación sin en realidad hacer una supervisión efectiva. A mí me recuerda mucho al caso de la FAA con Boeing y el 737 MAX.

La demanda ha sido interpuesta a consecuencia de los efectos del lanzamiento del Starship el pasado 20 de abril pero menciona los numerosos problemas que –siempre en opinión de los demandantes– ha venido creando el funcionamiento de la Starbase en el entorno ya desde hace tiempo.

Piden que se declare que la licencia de SpaceX viola la NEPA y otra normativas aplicables y que por eso sea retirada hasta que las cumpla mediante la realización previa de una Declaración de impacto ambiental.

La demanda se puede leer en línea. Y si sabes inglés es sorprendentemente fácil de leer aunque no sepas «abogadés».

No soy abogado, y mucho abogado estadounidense. Así que no sé realmente qué recorrido tiene la demanda ni cómo puede influir en cuanto a los plazos de vuelta al vuelo del Starship mientras se le da curso legal. Pero ahí queda. Y habrá que ver cómo evoluciona el asunto.

No hay que olvidar, en cualquier caso, que el Starship es fundamental para el programa Artemisa de la NASA: la misión Artemisa III, que pretende volver a colocar una misión tripulada sobre la superficie de la Luna, tiene que utilizar un aterrizador desarrollado a partir del cohete de SpaceX. Así que eso a lo mejor juega a favor de SpaceX.

Pero si al final SpaceX tuviera que hacer una declaración de impacto ambiental, lo que puede llevar años, igual no le queda más remedio que buscar otro sitio desde el que lanzar el Starship.

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