Hoy hace diez años que la misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) entró en órbita alrededor del cometa 67P. Para ser exactos del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. A falta de un Apolo XI yo la he comparado en muchas ocasiones con esa misión porque fue la primera en entrar en órbita alrededor de un cometa y en acompañarlo en su camino hacia el Sol. Y también fue la primera en posarse sobre uno, al dejar sobre él el aterrizador Philae.
El encuentro se produjo en un punto situado más o menos a medio camino entre las órbitas de Júpiter y Marte, a unos 405 millones de kilómetros de la Tierra, mientras 67P se acercaba al Sol a una velocidad de unos 55.000 kilómetros por hora. Y seguían juntos a las 2:03 GMT del 13 de agosto de 2015 cuando el cometa pasó por el perihelio de su órbita actual, el punto de esta más próximo al Sol, a 185.986.924 kilómetros del Sol y 265.138.407 de la Tierra.
Pero Rosetta y Philae llegaron allí tras un viaje de 10 años, 5 meses y 4 días y cerca de 2.000 millones de kilómetros tras su lanzamiento el dos de marzo de 2002. Fueron, además años durante los que la sonda estuvo en reposo 31 meses, lo que añadía un punto de complejidad extra. Así que se puede decir que la fase final de la misión comenzó cuando Rosetta despertó definitivamente el 20 de enero de 2014.
Rosetta y sus once instrumentos – ESA
Rosetta depositó al aterrizador Philae sobre la superficie de 67P el 12 de noviembre de 2014. Pero el fallo de los arpones que tenían que haberlo sujetado en su sitio hizo que saliera rebotado y que apenas se recibieran datos de él. Aunque hizo lo que pudo
Philae y sus diez instrumentos – ESA
El colofón de esta magnífica historia, aparte de todo lo que aprendimos, es que para cuando el 30 de septiembre de 2016 Rosetta descendió sobre la superficie de 67P para poner final definitivo a su misión, una vez superados con creces todos los hitos que se esperaban de ella, se puede decir que ni ella ni Philae se enfrentaron a solas con la larga noche que tienen por delante en soledad, pues, casi milagrosamente, Rosetta había encontrado a Philae cuando le quedaban tres semanas activa.
Para conmemorar el fin de la misión la ESA promovió la iniciativa The Rosetta Legacy, que ganó Cristina Romero con este colgante y este texto:
Colgante diseñado por Cristina Romero para The Rosetta Legacy
Misiones como la de Rosetta han hecho que descubriese el maravilloso mundo del espacio, ya que a raíz de éstas empecé a buscar más información sobre todos estos temas, y descubrí mi pasión: el espacio.
Desde entonces, cada día necesito aprender algo nuevo, leer noticias sobre los avances en la industria aeroespacial y seguir las misiones actuales.
Me quede tan enamorada de todo esto, que mi gran sueño es poder llegar algún día a estudiar Ingeniería Aeroespacial, para así poder participar en misiones tan maravillosas como esta. Es lo que me anima a seguir trabajando duro todos los días, ahorrar para conseguir mi sueño, y ya cada vez queda menos para alcanzarlo.
El 30 de Septiembre, el día que Rosetta aterrizaba en el cometa, mientras estaba viendo la retransmisión por internet, me dediqué a realizar esta pieza en forma de colgante, para así poder recordar todo lo que ha significado para mí esta misión. Está realizada totalmente a mano con arcilla polimérica, mientras Rosetta aterrizaba para finalmente poder descansar en el cometa 67P, junto a Philae.
Muchisimas gracias a la ESA y a todo el equipo por compartir esta misión con todos nosotros.
Nada más que decir.
Relacionado,