La nube de partículas provenientes de la fuga – NASA TV
Roscosmos había anunciado que hoy daría a conocer los resultados de los análisis que dos grupos de trabajo han llevado a cabo sobre la Soyuz MS-22. Pero lo que han dicho es que no decidirán nada hasta enero de 2023. Que no falta mucho, pero toca esperar.
El pasado 15 de diciembre la cápsula tripulada Soyuz MS-22, que está atracada en la Estación Espacial Internacional desde el 21 de septiembre, comenzó a perder líquido refrigerante. Y no dejó de hacerlo hasta que el circuito afectado por la fuga quedó vacío.
Con ello la gran cuestión es si esa cápsula sigue siendo utilizable para que Sergey Prokopyev, Dmitri Petelin y Frank Rubio vuelvan a casa al final de su misión y, con más urgencia, si sería utilizable en caso de tener que utilizarla como bote salvavidas en caso de que hubiera que abandonar la Estación.
Los grupos de trabajo han usado datos de telemetría de la cápsula junto con imágenes obtenidas por el Brazo robot europeo (ERA) del módulo Nauka y por el Canadarm 2, el brazo robot de la Estación para estudiar el estado de la cápsula. La idea era determinar las causas de la fuga, analizar el estado técnico de la cápsula y elaborar recomendaciones acerca de cómo proceder.
Pero la única «novedad» que ha aportado hoy Roscosmos es que han llegado a la conclusión de que la fuga fue causada por «daños mecánicos externos», con lo que parecen querer dar a entender que no ha sido un fallo de construcción.
Así que habrá que esperar aún unas semanas para ver si dan la cápsula por válida o si deciden acelerar el lanzamiento de la Soyuz MS-23, que en ese caso volaría vacía para convertirse en la nave de retorno de Prokopyev, Petelin y Rubio y, si fuera necesario, su bote salvavidas.
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