La cápsula en tierra junto con el paracaídas principal – NASA/Keegan Barber
El pasado 24 de septiembre la cápsula de la sonda OSIRIS-REx aterrizaba en el desierto de Utah con muestras del asteroide Bennu. No había visto nada raro en la maniobra pero la NASA acaba de hacer público que un error en el cableado casi da al traste con la misión.
Parece ser que unas instrucciones poco claras llevaron a que los disparadores de los paracaídas fueran cableados en el orden erróneo de modo que las señales destinadas a desplegar el paracaídas guía se activaron fuera de orden.
Así, al pasar los 30 kilómetros de altitud, momento en el que debía haberse desplegado el paracaídas en cuestión, lo que se disparó fue el cortador del cable que lo tenía que haber liberado de la sonda. Pero el paracaídas aún estaba en su compartimento. Después, al pasar los 3 kilómetros, se disparó el mecanismo que tenía que haberlo sacado de su compartimento. Pero como ya no estaba sujeto a la sonda, el paracaídas guía se perdió en la atmósfera sin frenar ni estabilizar la sonda.
Afortunadamente todo estaba programado para que a continuación se desplegara el paracaídas principal, que no sólo resultó estar bien cableado sino que además estaba diseñado con el suficiente margen de seguridad como para permitir que la cápsula de muestras aterrizara intacta.
En esta ocasión todo terminó bien, aunque la agencia aún está peleando con dos tornillos díscolos para abrir la cápsula.
Tapa del mecanismo de recogida de muestras con todos sus tornillos aún sin quitar – NASA/Erika Blumenfeld & Joseph Aebersold
Pero recuerda mucho a cuando la cápsula de muestras de la misión Genesis se estrelló en ese mismo desierto porque alguien había montado los acelerómetros al revés. Eso hizo que el ordenador de a bordo nunca detectara el frenado causado por la entrada en la atmósfera, con lo que nunca activó la secuencia de aterrizaje.
Afortunada e increíblemente el equipo de la misión consiguió separar el material terrestre como de la mitad de las muestras –las otras resultaron totalmente destruidas– con lo que la misión al final no fue un fracaso.