La primera etapa de un cohete Atlas V siendo descargada de un Antonov An-124 - NASA/Kim Shiflett
Otra consecuencia más de la invasión rusa de Ucrania es la posibilidad de que se retrasen los lanzamientos de algunos de los satélites más grandes no ya por la «espantá» de los Soyuz sino por la escasez de aviones pesados de transporte Antonov An-124 Ruslan. Esto también afecta a los componentes de algunos cohetes.
Antes del estallido de la guerra se usaban mucho para llevar los satélites de las plantas en las que eran ensamblados a las instalaciones en las que eran acoplados a sus cohetes para ser lanzados. Pero ahora, entre la prohibición de volar en buena parte del mundo a los aviones rusos so pena se ser incautados, que algunos de ellos están siendo utilizados para el apoyo logístico de las fuerzas armadas rusas, y que otros han resultado destruidos, pues simplemente no hay suficiente capacidad de transporte disponible para satélites.
Algunas empresas han decidido ya que van a enviar sus satélites por mar de Europa a los Estados Unidos –es el caso del SES-22– o a la Guayana Francesa –el Measat-3d– para su lanzamiento; dentro de los Estados Unidos alguno va a viajar por carretera de costa a costa para poder ser lanzado desde Florida, como por ejemplo le va a suceder al Viasat-3 Americas.
Otra opción pero a más largo plazo es certificar aviones como los Beluga XL y Beluga de Airbus. Pero no es algo trivial ya que los satélites que tienen que transportar a menudo llevan algunos de sus sistemas ya presurizados, lo que los convierte en cargas peligrosas que hay que tratar con respeto.
Esta no la vi venir.
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