Por @Wicho — 4 de abril de 2023

Los múltiples fragmentos resultantes de la explosión en vuelo del primer Ariane 5 abriéndose en abanico contra un cielo nublado
Explosión del primer Ariane 5 en su primer lanzamiento¹ – ESA

Cuando en junio de este año el último Ariane 5 sea lanzado para poner en órbita un par de satélites Europa se habrá quedado, simple y llanamente, sin cohetes, lo que es una situación bastante embarazosa. Y aunque ningún sitio se ha dicho que sea por eso en los últimos días se han decidido relevos en dos de los cargos de máxima responsabilidad en el desarrollo de cohetes en el continente.

Primero fue Daniel Neuenschwander, responsable de los lanzadores de la Agencia Espacial Europea (ESA), que a partir del 1 de julio ocupará el puesto de máximo responsable de la división de Exploración humana y robótica de la agencia. El puesto al frente de los lanzadores será ocupado a partir de esa fecha por Toni Tolker-Nielsen. Es una decisión que tomó el Consejo de la ESA en su reunión de finales de marzo.

Y ahora le ha llegado el turno al director general de ArianeGroup, André-Hubert Roussel, que será sustituido desde hoy mismo por Martin Sion. No se ha hecho público qué será del señor Roussel. ArianeGroup es la empresa que tenía que haber diseñado, construido, probado y puesto en marcha el Ariane 6 en 2020.

El papelón de los señores Tolker-Nielsen y Sion es importante. Porque a día de hoy no se sabe cuando Europa volverá a disponer de un cohete.

Podría ser antes de que termine 2023 si para entonces el Vega-C ha vuelto al servicio, aunque parece un poco dudoso. Y está claro que el Ariane 6 no volará hasta 2024 por mucho que la fecha oficial siga siendo el último trimestre de este año. Por otro lado, tras la espantada de Roscosmos de Baikonur como consecuencia de las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania, es imposible saber cuándo dispondrá Europa otra vez de un lanzador medio al estilo del Soyuz.

De hecho por todo esto el telescopio espacial Euclid y la misión Hera a DiDymos serán lanzados por SpaceX. Proba-3, por su parte, será lanzada en un PSLV indio. Y seguro que habrá más misiones que tengan que irse a buscar el lanzador a otra parte.

Europa se queda atrás

Pero a más largo plazo sería bueno que el ámbito de los lanzadores espaciales europeos sufriera un buen meneo.

No hay que olvidar que el Ariane 6 no es más que una actualización del Ariane 5 en la que la reutilización de alguno de sus componentes no está ni se le espera. Eso es algo que no aparecerá hasta el aún bastante hipotético Ariane Next. Y no sería antes de 2030 si no hay retrasos, lo que se antoja muy improbable… cuando es posible que el Starship de SpaceX haga su primer vuelo de prueba la semana que viene.

Algo parecido pasa con el Vega-C, que tampoco tiene ningún componente reutilizable, ni lo tiene ninguna de sus variantes «previstas», el Vega-Next incluido, que Avio está desarrollando sin que esté claro que si es en aras de los intereses comunes europeos o en aras de que Italia disponga de su propio cohete.

Sólo por la parte baja de la capacidad de carga se vislumbra algo en ese sentido, que es el Maia de MaiaSpace, una subsidiaria de ArianeGroup. Es un lanzador pensado para una capacidad de unos 500 kilogramos que utilizará un diseño similar al del Falcon 9 de SpaceX. Pero de nuevo no se espera que vuele antes de 2026. Como siempre si no hay retrasos.

En fin, que en Europa nos hemos quedado atrás. Muy atrás. A ver si las empresas privadas sacuden un poco el tablero de juego, que falta hace. Aunque también es cierto que todas buscan un hueco en el de los lanzadores por debajo de los 1.000 kg de capacidad, que es dónde está el mayor porcentaje de los lanzamientos.

Diría que es momento de sacar las palomitas si la situación no fuera tan lamentable.

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¹ Sí, el Ariane 5 empezó mal. Pero luego ha demostrado ser un lanzador extremadamente fiable. Lástima que no parezca que Europa haya aprendido mucho por el camino.

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