Luca Parmitano con la nueva unidad de refrigeración / NASA
Durante el tercer paseo espacial dedicado a la reparación del Espectrómetro Magnético Alfa (AMS) los astronautas Luca Parmitano y Andrew Morgan consiguieron instalar en su sitio la nueva unidad de refrigeración así como conectar los cables de corriente y datos y unir los ocho conductos internos del AMS por los que circulará el refrigerante con los de la nueva unidad.
Como iban bien de tiempo también instalaron una manta aislante para cubrir el hueco dejado por la tapa que quitaron para poder acceder al interior del espectrómetro para repararlo.
Una vez terminado el paseo espacial, que duró seis horas y dos minutos, desde el control de tierra activaron el nuevo sistema de refrigeración y confirmaron que recibe electricidad y los datos que se le envían.
Pero aún es necesario un cuarto paseo espacial para asegurarse de que no hay fugas de refrigerante y acabar de instalar más mantas aislantes. Lo que no está claro es cuándo se podrá hacer porque en las próximas semanas está previsto que lleguen a la Estación Espacial Internacional una Progress y una Dragon con carga, así como la primera Starliner de Boeing.
Además hay que revisar el traje de Luca, que al final del paseo presentaba una pequeña cantidad de agua flotando en su interior y hay que determinar de dónde venía. El propio Parmitano tuvo que abortar un paseo espacial en 2013 cuando su casco se llenó de agua procedente de una fuga.
El Espectrómetro Magnético Alfa es un detector de partículas desarrollado por 500 científicos de 56 instituciones de 16 países que lleva montado y en funcionamiento en el exterior de la Estación Espacial Internacional desde mayo de 2011.
Ubicación del AMS en el exterior de la EEI / NASA
Pero sus detectores tienen que estar refrigerados y ya sólo quedaba en funcionamiento una de las cuatro bombas de refrigeración redundantes que monta y que son imprescindibles. Teniendo en cuenta que estaba diseñado para durar tres años nadie se puede quejar.
Lo que pasa es que sus resultados están siendo tan buenos que los socios de la EEI decidieron que iban a diseñar un plan para intentar mantenerlo en funcionamiento aunque no estaba diseñado para ser reparado en el espacio. De ahí la idea de acoplarle un nuevo sistema de refrigeración que le permita seguir en funcionamiento unos cuantos años más.