Por @Wicho — 23 de marzo de 2023

Esta pasada noche, al tercer intento, Relativity Space consiguió por fin hacer el primer lanzamiento de su cohete impreso en 3D Terran 1. Todo fue bien hasta un poco después de la separación de la primera y la segunda etapas, cuyo motor no funcionó como estaba previsto. Así que aunque la segunda etapa llegó al espacio, con una altitud máxima estimada de unos 130 kilómetros en su vuelo, el lanzamiento falló parcialmente porque no consiguió entrar en órbita por falta de velocidad. Como el cohete no llevaba ninguna carga útil no hay que lamentar la pérdida de ninguna.

Esto valida en cierto modo la decisión de la empresa de lanzar el cohete sin hacer un encendido estático de prueba previo al lanzamiento tras su extensa campaña de pruebas. Pero, en cualquier caso, habrá que ver por qué no funcionó correctamente el motor de la segunda etapa antes de poder afirmarlo definitivamente.

Terran 1 es un cohete impreso en 3D en aproximadamente un 85 %. Y el hecho de que en el lanzamiento de anoche haya superado la fase de máxima presión aerodinámica valida el procedimiento de fabricación, de nuevo a expensas de cuál haya sido la causa del fallo del motor de la segunda etapa, pues los motores también usan impresión 3D. Pero está por ver que tenga sentido económicamente, claro.

Así que Relativity Space puede estar bastante satisfecha con el lanzamiento aunque no hayan conseguido entrar en órbita.

La empresa dice que usar impresión en 3D les da rapidez a la hora de construir el cohete –60 días desde que empiezan a imprimirlo– y flexibilidad con el diseño, pues si necesitan tocar algo se arregla en software y no hay que tocar los útiles de fabricación.


Una de las impresoras 3D Stargate 4 de la empresa con un humano, a falta de un plátano, para la escala – Relativity Space

El Terran 1, de 35,2 metros de largo y 2,3 de diámetro, usa nueve motores Aeon 1 en su primera etapa y un Aeon 1 adaptado para el vacío en la segunda. Está diseñado para colocar hasta 1.250 kilos en órbita baja terrestre o 900 en órbita sincrónica al Sol de 500 kilómetros. El coste por lanzamiento es de doce millones de dólares. Su capacidad y precio lo colocan entre el Electrón de Rocket Lab y el Falcon 9 de SpaceX en el mercado.

Sus motores usan metano y oxígeno líquidos (methalox) como propelente. De haber conseguido entrar en órbita anoche habría sido el primer cohete mehalox en lograrlo, tras el fallo del Zhuque-2 de Landspace el pasado mes de diciembre. Pero ahora toca esperar de nuevo. Quizás pueda ser el Vulcan de United Launch Alliance el que lo logre, pues su primer lanzamiento podría producirse el próximo 4 de mayo.

Relativity Space está trabajando también en el desarrollo del Terran R, un cohete también impreso en 3D pero reusable y con una capacidad de carga similar a la del Falcon 9. Compartirá arquitectura, propelentes, fábrica, impresoras 3D, aviónica y equipo con el Terran 1. También compartirán el motor de la segunda etapa, aunque tendrán que desarrollar uno nuevo para la primera. Así que lo que la empresa aprenda con el Terran 1 será en gran medida aplicable al R.

La empresa está en Twitter como @relativityspace; su co fundador y CEO, Tim Ellis, es @thetimellis.

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