Por @Wicho — 27 de julio de 2020

Todo fue bien durante los primeros segundos de vuelo del primer cohete LauncherOne de Virgin Orbit. Hasta que se apagó el motor y el cohete se precipitó hacia el mar. El estudio de la telemetría les ha permitido determinar que la causa fue el fallo de una conducción de combustible.

En concreto la que falló fue una conducción que llevaba oxígeno líquido al motor NewtonThree de la primera etapa del cohete. Alimentado por queroseno y oxígeno líquido, el motor puede generar alrededor de 73.500 libras de empuje (326,8 kilonewtons) durante los primeros tres minutos de la secuencia de lanzamiento. Pero sin uno de sus propelentes poco podía hacer.

Así que toca reforzar esa conducción para el próximo LauncherOne, que ya está terminando su fase de integración.

Virgin Orbit, de todos modos, está satisfecha de todos los datos obtenidos en este primer lanzamiento, aunque haya fallado, pues han podido comprobar sus modelos aerodinámicos y el funcionamiento de los algoritmos de control del vuelo.

LauncherOne es un cohete no reutilizable de dos etapas. Diseñado para situar en órbita baja terrestre de baja inclinación (paralelas o casi al ecuador) cargas de hasta 500 kilos también puede colocar cargas de hasta 300 kilos en órbita sincrónica al Sol de 500 kilómetros. Puede no parecer gran cosa pero ese es el segmento de mercado de más demanda.

Lanzarlo desde un avión permite escoger el sitio de lanzamiento de acuerdo con la órbita objetivo. Y además, al volar por encima de las nubes y del mal tiempo, hace que la meteorología sea un factor mucho menos determinante, ya que Cosmic Girl, el avión nodriza, puede despegar en condiciones mucho peores que cualquier cohete.

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