Por @Wicho — 30 de Mayo de 2024

Vista desde un punto elevado del cohete durante el proceso de carga
El Starship del cuarto vuelo de prueba durante un ensayo de carga de propelentes – SpaceX

SpaceX ha puesto fecha al cuarto lanzamiento del Starship, conocido como Integrated Flight Test 4, IFT-4: el próximo miércoles 5 de junio. Siempre pendiente del permiso de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos, claro. La ventana de lanzamiento se abre a las 14:00, hora peninsular española (UTC +2). Y ha dado además algunos detalles más del tercer lanzamiento, que si bien fue un gran avance también falló en muchas cosas.

De hecho con el cuarto lanzamiento del Starship la empresa va a levantar un poco el pie del acelerador y tendrá unos objetivos más modestos que el tercero. O al menos ligeramente diferentes.

La primera etapa del cohete, el Super Heavy B11, intentará de nuevo amerizar de forma controlada en el Golfo de México. Pero para aligerar el peso se deshará del anillo que lo conecta a la segunda etapa. Con esto el Starship dejará de ser –suponemos que temporalmente– el cohete completamente reutilizable del que presumen SpaceX y Elon Musk.

Pero a cambio tendrán más margen para avanzar en el asunto del reencendido de los motores y en el control de actitud del cohete. En el tercer vuelo de prueba de los 13 motores Raptor que se encendieron para la maniobra de frenado seis se apagaron antes de tiempo. Y para el encendido de frenado final sólo se volvieron a encender los siete que no se apagaron antes de tiempo. Con esto el B10 no tuvo potencia suficiente para frenar, lo que probablemente provocó su destrucción al verse sometido a fuerzas mayores de lo previsto.

SpaceX dice que el fallo de los motores fue debido al bloqueo de los conductos de oxígeno líquido a causa de objetos que no debían estar ahí. Así que de cara al cuarto vuelo ha hecho modificaciones para intentar evitar que esto pase.

El Starship S28 del IFT-3 tuvo problemas similares con sus motores de maniobra, cuyos conductos de propelentes también se vieron obstruidos. Eso impidió que el cohete mantuviera la actitud correcta para el encendido de uno de sus Raptor que formaba parte de los objetivos de la prueba. Y por eso su reentrada no fue controlada, lo que llevó a su destrucción a unos 65 kilómetros de altura. Aunque sí pudo transferir oxígeno líquido entre el tanque frontal y el principal.

El S29 ha sido también modificado para intentar evitar estas obstrucciones. Y monta más motores de maniobra. Pero en este cuarto lanzamiento no intentará transferencias de combustible ni encender ninguno de los Raptor en órbita: el objetivo será conseguir una reentrada controlada. Aunque si sobrevive a ella intentará posarse de forma vertical en el Océano Índico en lugar de darse una panzada contra él.

El cohete, en cualquier caso, estará en una trayectoria suborbital, así que aunque todo falle acabará reentrando en la atmósfera sí o sí.

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