Frank Rubio en la Cúpula de la EEI – NASA
El 11 de septiembre de 2023 el astronauta de la NASA alcanzaba la cifra de 355 días seguidos en el espacio. Eso, aunque haya sido por accidente, le permitía batir el récord anterior, que estaba en posesión de Mark Vande Hei desde marzo de 2022. Para cuando Rubio vuelva a casa, lo que está previsto para el día 27, habrá acumulado un total de 371 días seguidos en órbita.
Pero en realidad cuando Frank Rubio despegó a bordo de la Soyuz MS-22 junto con Sergey Prokopyev y Dimitry A. Petelin de Roscosmos el 21 de septiembre de 2022 no estaba para nada previsto que estuviera tanto tiempo en la Estación Espacial Internacional (EEI). Sólo que cuando el 15 de diciembre su cápsula perdió todo su refrigerante a causa de una fuga las cosas se empezaron a complicar.
La nube de partículas provenientes de la fuga de refrigerante de la Soyuz MS-22 – NASA TV
En los primeros días de enero la NASA y Roscosmos habían decidido ya que esa cápsula no podía ser utilizada salvo en caso de una emergencia extrema. Así que decidieron acelerar el lanzamiento de la Soyuz MS-23, que en lugar de llevar a bordo a Oleg Kononenko y Nikolái Chub de Roscosmos y Loral O’Hara de la NASA, viajó vacía. Para el 6 de marzo, con la instalación en ella de las fundas personalizadas de los asientos de sus nuevo tripulantes, la Soyuz MS-23 se convirtió en su nueva nave. La Soyuz MS-22, por su parte, volvió vacía a tierra en marzo.
Pero para aprovechar la cápsula las dos agencias decidieron que en lugar de volver a tierra en marzo, como estaba originalmente previsto, iban a extender la misión de sus tripulantes hasta que la Soyuz MS-23 alcanzara sus seis meses de vida útil en el espacio. Y de ahí el récord por accidente de Rubio.
Aunque por ahora el récord de 438 días en el espacio de Valeri Polyakov aún parece a salvo.
Por su parte Kononenko, Chub y O’Hara están a punto de despegar rumbo a la EEI a bordo de la Soyuz MS-24, lo que está previsto que suceda en tres días.
Lo que no ha trascendido es el motivo de la fuga de refrigerante de la Soyuz MS-22, a la que además sucedió una fuga similar en la cápsula de carga Progress MS-21 apenas dos meses después.
