Por @Wicho — 10 de agosto de 2018

Después de algunos meses hablando de ello la administración Trump, a través del vicepresidente Mike Pence, anunciaba los pasos que va a dar para que la Fuerza Espacial de los Estados Unidos sea una realidad en 2020. Según un informe preparado por el Departamento de Defensa estos serán:

  1. Acelerar las iniciativas de desarrollo y tecnología espacial, que eran unas de las prioridades de modernización establecidas en la Estrategia de Defensa Nacional del Presidente Trump.
  2. Establecer una Agencia de Desarrollo Espacial encargada de desarrollar y desplegar nuevas capacidades de próxima generación para el desarrollo de la seguridad nacional en el espacio.
  3. Establecer una Fuerza de Operaciones Espaciales de profesionales que formarán una nueva comunidad de expertos que se encargará de dirigir los esfuerzos en seguridad nacional espacial de Estados Unidos en el futuro.
  4. Establecer una estructura operativa y una supervisión civil responsable de la Fuerza Espacial.
  5. Crear un Mando Espacial de los Estados Unidos, un mando de combate unificado, para mejorar, evolucionar y planificar la lucha espacial.

La justificación principal de Trump es que China y Rusia se están adelantando a los Estados Unidos a la hora de establecer una presencia militar en el espacio y que esto no puede ser.

Si todo sale como Trump quiere estas nuevas unidades serán integradas en la United States Space Force en 2020. Así la USSF será la sexta rama de las fuerzas armadas de los Estados Unidos después del ejército, el Cuerpo de Marines, la armada, la Fuerza Aérea y la Guardia Costera.

El anuncio ha creado, como era de esperar, reacciones de apoyo y rechazo que van desde quienes opinan que es redundante crear una Fuerza Espacial cuando la Fuerza Aérea ya se está encargando de ese tipo de asuntos –sin olvidar que hoy por hoy los Estados Unidos no tiene una nave tripulada propia, con lo que se cuestionan qué tipo de Fuerza Espacial se puede crear así– hasta los que lo ven como muy buena idea.

También está el asunto de que los Estados Unidos suscriben el Tratado sobre el espacio exterior, que entre otras cosas prohibe la realización de maniobras militares o el establecimiento de bases militares, instalaciones y fortificaciones en el espacio… aunque seguro que el presidente Trump no tendría mayores problemas en darse de baja del tratado.

En cualquier caso la creación de la USSF, junto con los 8.000 millones de dólares presupuestados para sus primeros pasos, tiene que ser aprobada por el Congreso, que en el pasado no se mostró muy favorable a iniciativas similares y de hecho tumbó una en 2017, con Trump ya como presidente. Y no hay que olvidar que en noviembre de 2018 hay elecciones al senado y al congreso de las que habrá que ver cómo sale parado el partido Republicano.

Así que toca esperar, no vaya a ser que la Fuerza Espacial de los Estados Unidos termine como el muro que iba a pagar México en la frontera.

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