Lanzado el 25 de agosto de 2003 el telescopio espacial Spitzer aún mantiene uno de sus instrumentos en funcionamiento –los otros dos ya no funcionan al haberse agotado el helio líquido que los mantenía refrigerados, aunque duró más de lo previsto– y la NASA tiene previsto mantenerlo en servicio hasta marzo de 2019.
Ahora mismo lo están usando para ir preparando una lista de objetivos para el telescopio espacial James Webb, que ahora ya no parece que vaya a ser lanzado en 2018 sino en 2019… y ya veremos.
Pero a partir de ahí la NASA piensa que se podría ahorrar los 14 millones de dólares al año que le cuesta mantenerlo en marcha, así que ha solicitado información a entidades que puedan estar interesadas en hacerse cargo de él a partir de entonces.
El único truco de esto es que el Spitzer está en una órbita heliocéntrica que lo aleja cada vez más de la Tierra, con lo que para noviembre de 2020 o así estará prácticamente al otro lado del Sol, con lo que ya no habrá forma de comunicarse con él, lo que obligará a poner fin a la misión.
Pero 14 millones al año por un telescopio espacial en perfecto estado de funcionamiento, aunque no le quede mucha vida, es un chollo. Y que alguna institución o empresa decida invertir ese dinero sería una magnífica noticia, entre otras cosas porque la NASA especifica que los datos que se obtengan durante este tiempo extra han de ser añadidos al repositorio de datos del Spitzer.
(Vía Space News).
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