Por @Wicho — 26 de septiembre de 2022

El SLS, con la Orión en lo alto, montado en la plataforma móvil de transporte y lanzamiento, visto desde la trinchera de llamas de la Plataforma de lanzamiento 39B del Centro Espacial Kennedy
EL SLS y la Orión vistos desde la trinchera de llamas de la Plataforma de lanzamiento 39B – NASA/Kim Shiflett

La tormenta tropical Ian ha terminado por convertirse en el huracán Ian. Que la previsiones meteorológicas indican que se dirige hacia Florida. Así que al final a la NASA no le ha quedado más remedio que decidir retirar el cohete de la misión Artemisa I de la plataforma de lanzamiento y devolverlo al Edificio de Ensamblado de Vehículos (VAB) para protegerlo de los posibles efectos de Ian.

El primer movimiento está previsto para las 5 de la mañana del martes 27, hora peninsular española (UTC +2), que en Florida son las 11 de la noche del día 26. Se puede seguir en la emisión en directo que la agencia mantiene de la plataforma de lanzamiento 39B del Centro Espacial Kennedy. La idea es tener el SLS en el VAB y las puertas del edificio cerradas con tiempo para dejarlo protegido y que las personas de la NASA tengan también tiempo de guarecerse en sus casas.

El día 27 era, de hecho la fecha de lanzamiento a la que la NASA apuntaba tras la prueba con éxito de las reparaciones en los conductos de propelentes. Aunque ya el sábado 24 la agencia dijo que no iba a intentarlo ese día porque la depresión tropical 9 se había convertido en la tormenta tropical Ian. Y ya entonces todo indicaba que iría hacia Florida. Aunque decidieron no mover todavía el cohete por si Ian cambiaba de rumbo y podían intentar el lanzamiento el día 1 o el día 2.

Un mes o dos de retraso

Pero al final no ha sido así. Así que ahora, como muy pronto, la NASA podrá lanzar la misión Artemisa I hacia la Luna en la ventana de lanzamiento que va del 17 al 31 de octubre, en la que no se puede lanzar los días 24, 25, 26, y 28. Aunque es posible que no pueda acabar las tareas y revisiones que necesita el cohete –especialmente en su sistema de autodestrucción, que lleva ya casi un mes pasada su fecha de caducidad– y que tengan que esperar a la ventana que va del 12 al 27 de noviembre, en la que no se puede lanzar los días 20, 21, y 26.

Los días en los que no se puede lanzar Artemisa I son aquellos en los que es imposible cumplir con una serie de criterios que la agencia ha establecido para esta misión, más estrictos que en futuras misiones:

  • El día de lanzamiento la Luna tiene que estar en la posición adecuada en su órbita para que la etapa superior del SLS pueda hacer la maniobra de inyección translunar –la que la sacar de la órbita terrestre y la lanza hacia la Luna– de tal forma que pueda interceptar la Luna y entrar en la órbita lunar retrógrada lejana programada para la misión.
  • La trayectoria resultante para un día determinado debe garantizar que Orión no esté en la oscuridad durante más de 90 minutos seguidos para que los paneles solares puedan recibir y convertir la luz solar en electricidad y la nave pueda mantener un rango de temperatura óptimo.
  • La fecha de lanzamiento debe ser compatible con una trayectoria que permita la reentrada por saltos programada. Es una maniobra en la que la Orión entrará en la parte superior de la atmósfera terrestre para perder velocidad y al mismo tiempo saltar fuera de ella, y luego volver a entrar para el descenso final y el amerizaje. Esta técnica permite reducir las fuerzas experimentarán las tripulaciones, y a mantener las cargas estructurales de la nave dentro de los límites de diseño.
  • La fecha de lanzamiento debe posibilitar un amerizaje de día para facilitar las tareas de localización y recuperación de la nave.

Así que estamos frente a otro retraso más en el primer lanzamiento del SLS. De un mes o dos. Que no son nada frente a los prácticamente seis años de retraso que lleva sobre la fecha inicialmente prevista de finales de 2016. Y sí, es posible que al final Ian no se acerque al Centro Espacial Kennedy. Pero mejor ir sobre seguro con un lanzamiento cuyo coste se estima en unos 4.000 millones de dólares, sin hablar de los aproximadamente 16.000 que van invertidos en el desarrollo del cohete, su torre de lanzamiento, la cápsula Orión, y los sistemas de tierra asociados. Es un cohete que, a estas alturas, no deja indiferente a nadie.

Objetivo: la Luna

El objetivo de Artemisa I es colocar una cápsula Orión no tripulada en órbita alrededor de la Luna y traerla de vuelta. Pero volará vacía por si acaso. Probará los sistemas de maniobra y control y de comunicaciones, así como una versión reducida del sistema de soporte vital. Y, sobre todo, probará el escudo térmico a velocidades de reentrada lunares, ni más ni menos que Mach 32. Eso genera mucho más calor que una reentrada desde órbita baja terrestre o incluso que la de la misión de prueba EFT-1 de 2014.

Está previsto que sea la primera de una serie de misiones cada vez más complejas que lleven al aterrizaje de la misión tripulada Artemisa III sobre la superficie de la Luna y el eventual establecimiento de una base lunar. Pero aunque la NASA sigue diciendo que lanzará Artemisa I en 2025, parece poco probable, cuando no imposible. Entre otras cosas porque el aterrizador lunar y los trajes espaciales que necesita para la misión aún están en fases muy iniciales de su desarrollo. Y es altamente improbable que estén listos a tiempo.

El SLS está en Twitter como @NASA_SLS; el equipo de tierra de la NASA que lo gestiona está en @NASAGroundSys. La Orión es @NASA_Orion. El programa Artemisa es @NASA_Artemis. Todas ellas están en mi lista de Twitter de cuentas relacionadas con el espacio.

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