Por @Wicho — 16 de septiembre de 2018

¡Arriba!

El último Delta II de United Launch Alliance cumplió a la perfección su misión de poner en órbita el satélite ICESat-2 de la NASA, que apenas 75 minutos después del lanzamiento establecía contacto con la estación de seguimiento en Svalbard para indicar que todo funciona correctamente a bordo.

En su órbita de 460 kilómetros de altitud y 7 kilómetros por segundo de velocidad ICESat-2 da una vuelta a la Tierra cada 90 minutos. Su órbita está diseñada de tal forma que revisita cada punto de la superficie de nuestro planeta cuatro veces al año para medir con una precisión de 4 milímetros el grosor de las capa de hielo que cubren los polos y Groenlandia, la altura de los océanos y otras grandes superficies de agua. También es capaz de medir los movimientos de tierra tras terremotos o avalanchas y la altura de las grandes masas de vegetación para ayudar en el estudio de sus posibles cambios.

Esto lo hace disparando un láser 10.000 veces por segundo y midiendo el tiempo que tardan en llegar de vuelta los fotones que salen rebotados hacia él. Es un láser de 532 nanómetros –verde– y mediante el uso de unos filtros que sólo dejan pasar luz de esa longitud de onda se evita que capte señales espureas.

El láser es separado en seis haces que se agrupan en tres pares separados entre sí 3,3 kilómetros antes de salir del ICESat-2. Así cubre más superficie en cada pasada.

Pew pew pew

Pero eso no será hasta dentro de un par de semanas, cuando se hayan comprobado el resto de los sistemas de a bordo y por fin se de la orden de encender ATLAS, de Advanced Topographic Laser Altimeter System, de Sistema láser topográfico avanzado, que es el nombre del único instrumento que va a bordo del ICESat-2.

Los datos que proporcione documentarán los cambios en los casquetes polares de la Tierra, mejorarán los pronósticos del aumento del nivel del mar, que se ve reforzado por el derretimiento de la capa de hielo en Groenlandia y la Antártida, y ayudarán a los científicos a comprender los mecanismos que están haciendo que cada vez haya menos hielo flotante y también a evaluar la forma en que la pérdida de hielo marino afecta al océano y la atmósfera.

ICESat-2 toma el relevo a la misión ICESat, que estuvo en activo de 2003 a 2009, en el registro de mediciones de la altura del hielo y se une al CryoSat-2 de la Agencia Espacial Europea, lanzado en 2010 con una misión muy similar.. Y aunque no es lo mismo que tener un satélite en órbita funcionando permanentemente la Operación IceBridge sobre el Ártico y la Antártida, que comenzó en 2009, ha servido de puente entre ambas misiones. Los datos del ICESat-2 estarán disponibles al público a través del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo.

La duración estimada de la misión es de 3 años, aunque el satélite lleva combustible para al menos siete años.

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Tras el lanzamiento Tory Bruno, el presidente de United Launch Alliance, la empresa que fabrica los Delta II, anunció que tienen las suficientes piezas de repuesto como para montar uno que se incorporará al Jardín de cohetes del Centro Espacial Kennedy.

Un merecido homenaje para un cohete que sólo ha tenido un fallo en los 156 lanzamientos que se encargó de realizar desde que el 14 de febrero de 1989 el primero de ellos pusiera en órbita el satélite GPS NAVSTAR II-1.

Y un motivo más para visitar el KSC, aunque no es que hagan falta motivos para eso.

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