The crew of #Inspiration4 had an incredible first day in space! They’ve completed more than 15 orbits around planet Earth since liftoff and made full use of the Dragon cupola. pic.twitter.com/StK4BTWSA6
— Inspiration4 (@inspiration4x) September 17, 2021
Antes de este verano, más del 95% de las personas que habían ido al espacio eran astronautas profesionales. Después de este verano, el 95% de todas las personas que vayan al espacio serán probablemente ciudadanos privados. Es un enorme punto de inflexión para los vuelos espaciales tripulados..
– Eric Berger
Redactor jefe de Espacio en Ars Technica.
Desde la pasada noche Jared Isaacman ha hecho realidad uno de sus sueños de infancia y ya está en el espacio en la misión Inspiration4, la primera misión espacial privada de la historia. En el espacio sin lugar a ningún tipo de dudas: la cápsula Crew Dragon Resilience orbita la Tierra a 575 kilómetros de altitud y está previsto que allí siga durante los próximos tres días. Es algo muy diferente de los saltos suborbitales de Jeff Bezos o de Richard Branson, que según cómo lo mires ni llegó al espacio.
A Isaacman acompañan como miembros de la tripulación Hayley Arceneaux, Chris Sembroski y Sian Proctor. Para Sian Proctor estar en el espacio es también un sueño hecho realidad. En 2009 estuvo a punto de ser seleccionada como candidata a astronauta de la NASA pero se quedó fuera en el último corte.
Privada y civil, pero sobre todo privada
Es importante aclarar que pese a que se afirma que es la primera misión espacial civil de la historia esto no es correcto. Según las cuentas que ha echado Jonathan McDowell esta es la decimosexta misión espacial de la historia en la que toda la tripulación es civil. Sin ir más lejos Pedro Duque y sus compañeros de tripulación en la Soyuz TMA-3 eran todos civiles. De hecho la de Duque fue la primera misión de la historia con una tripulación completamente civil.
Pero sí lo es decir que es la primera misión espacial privada: la paga Isaacman de su fortuna sin que ninguna agencia gubernamental ponga dinero para ella ni participe en ella. Básicamente Isaacman ha decidido –dentro de las capacidades de su nave y siempre con el visto bueno de SpaceX– a dónde quería ir y durante cuánto tiempo. En el pasado turistas espaciales como Dennis Tito pusieron un montón de dinero para ir al espacio pero siempre lo hicieron embebidos en misiones oficiales en las que no tenían ninguna o prácticamente ninguna capacidad de decisión.
Se dice que Isaacman pagó unos 50 millones de dólares por asiento para un total de 200 millones de dólares, así que no sé si tengo del todo claro lo que dice Eric Berger en la frase citada arriba; creo que aún falta mucho para que una persona corriente –al menos en el sentido del dinero que tenga en el banco– pueda ir al espacio.
Pero sí comparto que estamos viviendo un momento de cambio radical en cómo se accede al espacio: lo que hizo SpaceX con Inspiration 4 no hay agencia espacial gubernamental en el mundo entero de las que tienen capacidad para lanzar misiones tripuladas –la Agencia Espacial Nacional China, la NASA y Roscosmos– capaz de hacerlo. Inspiration4 despegó con unos seis meses de entrenamiento de la tripulación más otros pocos de definición de la misión. Y SpaceX dice que está en condiciones de soportar tres o cuatro misiones privadas al año aparte de las que tiene comprometidas con la NASA. Así que sí es posible que esos porcentajes que cita Eric se den la vuelta.
Personas corrientes
De izquierda a derecha Charles Sembroski, Sian Proctor, Jared Isaacman y Hayley Arceneaux – Inspiration4
Hay otra cosa que sí está cambiando, y son las exigencias físicas para las personas que van al espacio. SpaceX dice que el requisito físico más limitante es que seas capaz de soportar una montaña rusa un poco extrema. Pero por lo demás –salvo Isaacman, que pilota reactores militares como hobby– ninguna de las otras tres personas que están ahora mismo a bordo de la Resilience tienen una forma física especial.
De hecho Hayley Arceneaux fue invitada a formar parte de la tripulación como representante del concepto de esperanza al ser superviviente de un cáncer infantil que obligó a que extirparan un hueso de su pierna derecha. Con lo que no sólo es la persona de nacionalidad estadounidense más joven en ir al espacio, es además la primera persona de la historia en viajar al espacio con una prótesis.
Y Sembroski está a bordo porque aunque participó en el sorteo en el que cualquier persona que hiciera un donativo para el Hospital de Investigación Infantil de San Judas en el que fue tratada Hayley de pequeña –y en el que ahora trabaja– no consiguió plaza. Quien la consiguió fue un amigo suyo que al final optó por no participar en la misión y le regaló la plaza a Sembroski. Eso sí que es generosidad.
Récords en el espacio
La entrada en órbita de Inspiration4 ha servido para que durante unas horas se produzca un nuevo récord de personas en el espacio: sumando las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional (7), las de la estación espacial china (3) y la de Inspiration4 (4) hay un total de 14 personas en órbita. Pero el récord, que supera el de 13 personas en el espacio que se dio en una ocasión en 1999 y otra en 2005, sólo durará unas horas porque ahora mismo los tripulantes de la estación china están ya de camino de vuelta a la Tierra.
Otro récord es en el número de cápsulas Dragon de SpaceX que están en el espacio, con un total de 3: la Crew Dragon Endeavour y la Cargo Dragon de la misión CRS 23 que están atracadas en la Estación espacial Internacional y la propia Resilience.
Las dos Dragon en la EEI – Thomas Pesquet/ESA
La tripulación de la Resilience está también a más distancia de la Tierra que la inmensa mayoría de las misiones lanzadas desde el Apolo 17 de 1972. Sólo les superan las tripulaciones de las cuatro misiones de mantenimiento del Telescopio Espacial Hubble y la tripulación del transbordador espacial Discovery en la misión STS-48 en la que se puso en órbita el satélite de observación terrestre UARS.
¿Astronautas?
Dependiendo de a quién le preguntes Isaacman, Arceneaux, Sembroski y Proctor se han convertido en astronautas. O no.
Para la Federación Aeronáutica Internacional lo son pues han pasado la línea de Kármán, que generalmente se considera el límite del espacio, situada por convención en los 100 kilómetros de altitud.
Para la NASA también lo serían porque la agencia pone ese límite en los 80 kilómetros. Pero sin embargo no hay que olvidar que no están participando en una misión de la NASA. Así que la agencia no tiene nada que decir.
Para la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), quien en principio tendría la autoridad para decidir sobre si la tripulación de la Inspiration4 merece alas de astronauta o no, unos podrían serlo y otros no. Y es que hace unos meses la agencia endureció sus requisitos y ahora para recibir las alas de astronauta de la FAA es necesario que una persona haya recibido formación como tripulación de vuelo y que pueda demostrar que «ha participado en actividades durante el vuelo que fueron esenciales para la seguridad pública o contribuyeron a la seguridad de los vuelos espaciales tripulados.»
Y en cualquier caso para muchas personas la tripulación de la Inspiration4 está formada por turistas espaciales por mucho que Proctor sea la piloto, Isaacman el comandante de la misión, Arceneaux la oficial médico, y Sembroski sea definido como especialista de la misión. Y por mucho que vayan a a participar en algunos experimentos mientras estén en órbita.
Sea como sea a mí no me importaría en absoluto que me dieran las alas de astronauta o no. Los cuatro pueden afirmar que han orbitado la Tierra y esto nadie puede ponerlo en duda. Les tengo un montón de envidia, para qué negarlo.
Reentrada
A los cuatro les quedan ahora tres días en órbita en los que disfrutar de la experiencia y las vistas –a la Resilience le instalaron una cúpula transparente ex profeso para esta misión– y, por qué no, de la lista de canciones que ha preparado Sembroski para escuchar allí arriba.
Pero aún les queda –a ellos, a SpaceX, a las autoridades, a la industria aeroespacial, y a quienes sufrimos de espaciotrastorno en el mundo– volver de una pieza. Y aunque todo el mundo supone que no habrá ningún problema esta misión llevará su cápsula más al límite que ninguna otra misión anterior de una Dragon pues volverán desde más altitud que ninguna otra antes.
Y es que Isaacman, desde el principio, apostó por llevar las cosas un poco más allá; no se conformaba con imitar misiones anteriores. Pero con sentidiño.
La misión está en Twitter como @Inspiration4x; SpaceX es, nada sorprendentemente, @SpaceX. Las dos cuentas irán contando las novedades que se vayan produciendo. Y también será, sospecho, un tema del que se hablará mucho en mi lista de cuentas relacionadas con el espacio.
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