Esta pasada madrugada Rusia lanzaba la cápsula de carga Progress MS-26 rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI). Está previsto que se acople con ella a primera hora del sábado 17. Ocupará el puerto trasero del módulo Zvezda, recientemente dejado libre por la Progress MS-24.
Según Roscosmos, la agencia espacial rusa, lleva a bordo unas 2,5 toneladas de carga. En su compartimento presurizado van piezas de repuesto, materiales para experimentos científicos, alimentos y artículos médicos y de higiene para la tripulación de la Estación. En sus depósitos lleva 580 kilos de propelentes, 420 kilos de agua potable, y otros 40 de nitrógeno a presión.
La tripulación de la Estación irá vaciando poco a poco su interior para reemplazar la carga útil por materiales de desecho o ya no necesarios en la Estación, que se destruirán con la cápsula al final de su misión, justo igual que la Progress MS-24 y todas las anteriores. La carga de los depósitos pasará automáticamente a los de la EEI.
Curioso vídeo de la carga de basura y material desechado en el módulo de carga (GrO) de la Progress MS-24.
— Daniel Marín (@Eurekablog) February 3, 2024
TASS pic.twitter.com/4ERNgCZjHE
Sus motores serán utilizadas, como también es habitual, para subir la órbita de la Estación, que cada mes pierde aproximadamente un kilómetro de altitud por el rozamiento con la atmósfera; para ajustarla para la llegada o partida de alguna nave visitante; y, a lo mejor, para esquivar algún fragmento de basura espacial.
Como siempre digo las misiones de carga no son muy glamurosas. Pero son imprescindibles para mantener la Estación Espacial Internacional en funcionamiento, y han permitido que lleve permanentemente ocupada desde el 2 de noviembre de 2020.
Lo mismo pasa con los cargueros Tianzhou la estación espacial china, que lleva permanentemente ocupada desde el 5 de junio de 2022.