Por @Wicho — 2 de abril de 2023

Esta pasada noche muchas personas en España vieron y pudieron grabar lo que parecía un meteorito –o un ovni¹– entrando en la atmósfera recorriendo el cielo en dirección sureste-noroeste. Pero no era un meteorito: era el satélite USA 321 de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Su propósito es desconocido, aunque se especula con que probable que se trate de un satélite para demostraciones técnicas, de comunicaciones, de observación de la Tierra o inteligencia de señales.

Fue lanzado el 13 de enero de 2022 en la misión compartida Transporter-3 de SpaceX. Tampoco se sabe si es que ya había terminado su misión, si ha fallado o qué.

Pero no es cierto que, como dicen en algunos medios, no se pueda prever cuando un satélite va a reentrar: aunque no se sepa cuál es su misión sí es posible seguir su órbita y calcular, con un cierto grado de incertidumbre, eso sí, cuando va a reentrar en la atmósfera. Aunque ese grado de incertidumbre es mayor cuando el satélite no tiene capacidad de maniobra ya sea porque ha fallado o porque simplemente no está preparado para controlar su reentrada. De hecho si sabemos que el «meteorito» de anoche eran los restos del USA 321 es porque su trayectoria y la hora coinciden con la de ese satélite.

En cualquier caso sí es cada vez más importante que cualquier satélite incorpore los mecanismos necesarios bien para alcanzar una órbita cementerio al final de su vida útil bien para hacer una reentrada controlada. Y aunque hay iniciativas en ese sentido lo cierto es que hoy por hoy no hay en vigor ninguna norma ni ley que obligue a todos los operadores a hacer eso.

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¹ Sí, un objeto volador no identificado. Lo que no quiere decir que fueran alienígenas. Por mucho que le fastidie al amigo Giorgio Tsoukalos.

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