Por @Wicho — 17 de octubre de 2023


Impresión artística del dispensador de satélites del Vega en órbita – Arianespace

[Léase esta anotación escuchando Alive and Kicking de Simple Minds]

En las últimas horas ha saltado la noticia de que dos de los satélites puestos en órbita en el lanzamiento más reciente del cohete Vega de la Agencia Espacial Europea nunca fueron desplegados y resultaron destruidos durante su reentrada en la atmósfera. Uno de ellos era el ESTCube-2 de Estonia. El otro el ANSER LDR del INTA. Pero la buena noticia es que César Arza, el responsable del sistema de vuelo en formación de la misión, nos cuenta desde el INTA que la misión ANSER sigue adelante con los otros dos satélites que sí fueron desplegados correctamente, pues ANSER FLW1 y ANSER FLW2 están en la órbita prevista y están funcionando de forma nominal.

ANSER (Advanced Nanosatellite Systems for Earth-observation Research, Sistemas avanzados de nanosatélites para la investigación de la observación de la Tierra), como contábamos hace unos días, tenía como objetivo hacer volar sus tres satélites muy cerca unos de otros como si fueran un único satélite en una órbita de 500 km de altitud a unos 10 km unos de otros.

La idea era que en lugar de controlar la formación con combustible y motores los tres satélites desplegarán un conjunto de alerones y utilizarán las trazas de aire de la parte superior de la atmósfera para acercarse y alejarse entre ellos de manera que se conserve la configuración geométrica operativa del conjunto. Esto es algo que nunca se ha hecho con anterioridad en un escenario operacional.


Uno de los satélites ANSER con sus alerones desplegados – INTA

Y como decía arriba la buena noticia es que la misión sigue adelante, ya que aunque el equipo de la misión decidió usar la nomenclatura líder (LDR) y seguidores (FLW de follower) para los tres satélites en realidad es una nomenclatura un poco engañosa porque los dos satélites seguidores pueden operar perfectamente aunque el líder haya resultado destruido pues también están equipados y programados para comunicarse con tierra.

Lo de líder y seguidores era porque pretendían gestionar la misión comunicándose sólo con el líder, que a su vez se comunicaría con los seguidores y enviaría de vuelta la telemetría y datos de los tres al control de la misión. Pero se puede hacer lo mismo comunicándose con uno de los dos satélites seguidores, que pasará a actuar como líder, manteniendo la idea de operar la misión con sólo uno nodo de comunicación con tierra.

Esto permite mantener el objetivo de la misión de estudiar, implementar y validar el mecanismo de control pasivo mediante flaps, algo en lo que habrá que ir paso a paso estudiando primero los efectos de sustentación y resistencia en uno de los satélites para luego extrapolarlos al vuelo en formación. El llegar a dominar el mecanismo con dos satélites sería un avance más que suficiente para calificar la misión como un éxito. Y es algo que aún se puede hacer.

En cuanto al objetivo científico de la misión, monitorizar la calidad del agua de los lagos y embalses del interior de la Península Ibérica, así como de masas de agua comparables de todo el mundo, tampoco se va a ver especialmente comprometido por la pérdida del líder. El líder llevaba una cámara pancromática en el visible (APIS) mientras que los dos followers embarcan dos espectrómetros (CINCLUS), que en realidad son los que «acen la cencia», pues son capaces de medir ciertos marcadores químicos como clorofila y ficocianina que son los que a su vez permiten estimar la calidad de las aguas. Y según nos cuenta César el uso de APIS era como apoyo para poder complementar los espectros con imágenes de nubes en el mismo instante de la toma de los espectros, pero esas imágenes pueden conseguirse fácilmente de otras fuentes.

ESTCube-2, lamentablemente, no ha tenido esa suerte y la misión ha resultado perdida.

Conviene aclarar que el problema con el despliegue de los dos satélites estuvo con el dispensador Small Spacecraft Mission Service (SSMS), diseñado por SAB Aerospace para Avio y operado por Arianespace con el apoyo de SAB Launch Services, y no con el comportamiento del Vega propiamente dicho, que lo colocó en su órbita prevista. El SSMS es un dispositivo que va acoplado a la etapa superior del cohete y que en el momento programado suelta los satélites que lleva a bordo, aunque por lo que fuera en el caso de ESTCube-2 y ANSER-L no los liberó como estaba previsto.

Bastante tiene ArianeSpace con lo que tiene con el Ariane 6 y el Vega C. Aunque never forget Ingenio.

El INTA está en Twitter como @INTAEspana.

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