El Miura 1 y un espaciotrastornado feliz – Wicho/Microsiervos
Ayer tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos –permitidme el pleonasmo– el primer cohete Miura 1 de PLD Space en su plataforma de lanzamiento en las instalaciones del INTA en El Arenosillo en Huelva; también pude echar un rato en la sala de control de la misión. Durante toda la visita tuvimos a nuestra disposición a Raúl Torres y Raúl Verdú, fundadores de la empresa, y a Ezequiel Sánchez, el presidente ejecutivo, que respondieron con paciencia inagotable a todas nuestras preguntas.
Pero no, antes que nada, aún no sabemos la fecha del lanzamiento. Por ahora sólo podemos decir que será un jueves, viernes o sábado porque esos días los bancos pesqueros de la había de Huelva están cerrados y el cohete despega hacia el mar. Eso, por seguridad, obliga a cerrar una zona de unos 120 kilómetros de largo por 30 de ancho. La hora prevista para el despegue, se produzca el día que se produzca, son las 7:30 de la mañana.
Antes de poder pedir al INTA que les autorice el lanzamiento PLD está trabajando en las últimas pruebas de integración del cohete y la plataforma; y luego aún vendrá una prueba de encendido estático del motor Teprel-B del cohete.
Algunos de los cables que unen el ordenador de control del lanzamiento con la plataforma. Para que luego os digan en casa – Wicho/Microsiervos
Pero sí, habrá una retransmisión en directo del lanzamiento. Además de las más de 60 cámaras cámaras que hay en la plataforma de lanzamiento y su entorno el Miura 1 monta cuatro cámaras, así que las imágenes prometen ser variadas e interesantes.
Lo que no podrás hacer es acercarte mucho a ver el lanzamiento en persona. El Arenosillo es una zona restringida y el día del lanzamiento, de nuevo por seguridad, se cerrarán los accesos. También habrá un dispositivo para controlar la zona de exclusión en el mar. Por si te sirve de consuelo, las personas de PLD tampoco podrán verlo en directo sino que estarán en la sala de control. Recuerda también que es posible que el lanzamiento no se produzca en la fecha anunciada porque la meteo no colabore o porque surja algún problema en la cuenta atrás.
Una de las pantallas de telemetría del centro de control del lanzamiento – Wicho/Microsiervos
Ver el Miura 1 levantado con sus doce metros de longitud en la plataforma de lanzamiento ha sido toda una experiencia. Es muy distinto leer esa cifra o haber visto fotos del cohete a verte debajo de él. Esos doce metros son aproximadamente la longitud de una casa de cuatro pisos –o más de seis veces la mía, y eso que no soy precisamente bajito– y pensar que eso va a salir disparado hacia arriba impresiona.
Pero además ha sido emocionante ver el cohete como algo real y tangible. Y si lo ha sido para mí, imagina para quienes trabajan en PLD Space: no hay que olvidar que es el resultado de doce años de esfuerzo no sólo contra los problemas técnicos sino contra el escepticismo generalizado. Me decía Raúl Torres que de hecho ha sido más duro pelear contra eso y conseguir financiación que contra los problemas técnicos; dice Ezequiel que la financiación es el subsistema más complicado del cohete.
Una firma con destino al espacio – PLD Space
Los planes de PLD pasan por hacer dos lanzamientos del Miura 1 antes de centrarse ya por completo en el Miura 5, que es su lanzador orbital. La idea es que todo lo que aprendan con el 1 sirva –de hecho ya está sirviendo– para el desarrollo del 5, que esperan tener fabricado y probado a mediados de 2025 para un primer lanzamiento a finales de ese año. El Miura 5 despegará desde el espaciopuerto de Kourou. Si hay que ir allí a verlo, se va.
El objetivo de PLD es lanzar el segundo –y último– Miura 1 antes de que termine 2023. Pero no hay que olvidar, de todos modos, que hay un riesgo real de que el Miura 1 sufra algún tipo de problema en su primer lanzamiento, así que todo dependerá de cómo vayan las cosas.
La empresa está en Twitter como @PLD_Space. También puedes echar un ojo a las redes de @ControlMision, @doctorfision, @Eurekablog, @geologoenapuros y @SpaceNosey que ayer estuvieron también en El Arenosillo y me consta que alucinaron tanto como yo, aunque no más porque es imposible.
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