Por @Wicho — 30 de julio de 2020

Con diez milisegundos de adelanto sobre la hora prevista un cohete Atlas V despegaba de Cabo Cañaveral para lanzar el rover Perseverance de la NASA hacia Marte a las 13:50, hora peninsular española, del 30 de julio de 2020.

La maniobra, que se desarrolló sin ningún tipo de problema, no terminó hasta aproximadamente una hora más tarde cuando Perseverance, que viaja protegido dentro de su módulo de crucero, se separaba de la segunda etapa del cohete.

Y aún hubo que esperar casi veinte minutos más para recibir señales en tierra procedentes de Perseverance. Pero revelaron que había entrado en modo seguro. El modo seguro es el que activa cualquier nave espacial cuando detecta que hay algo que no funciona como debe. Y sí, se parece enormemente al modo seguro de un ordenador: funciona lo mínimo para poder diagnosticar el problema.

En este caso parece que el modo seguro se activó fue porque algunos componentes de la nave estaban algo más fríos de lo esperado tras haber estado a al sombra de la Tierra durante unos minutos.

Alcanzada la temperatura normal y pasado el susto la próxima parada es el cráter jezero el 18 de febrero de 2021. Aunque antes el módulo de crucero tendrá que hacer una corrección de trayectoria ya que el cohete estaba programado para no acertarle a Marte. Esto se hace así para evitar que la segunda etapa del cohete, que es imposible mantener esterilizada, choque con Marte.

Perseverance, Ingenuity, el dron que lo acompaña, y su módulo de descenso sí van perfectamente esterilizados. El rover tiene como objetivo explorar el cráter Jezero a la caza de señales de vida en el pasado de Marte.

Pero el objetivo más ambicioso de la misión es conseguir traer a la Tierra muestras del suelo de Marte a principios de la década que viene. De recogerlas se encargará otro rover dieñado por la Agencia Espacial Europea en una compleja y ambiciosa misión.

Sin embargo la parte más espectacular de la misión corre de parte de Ingenuity, un dron experimental que intentará hacer el primer vuelo propulsado en otro planeta. Primer vuelo propulsado porque en 1985 las sondas soviéticas VeGa 1 y VeGa 2 soltaron sendos globos aerostáticos en la atmósfera de Venus.

Pero para ello primero Perseverance e Ingenuity tendrán que sobrevivir al descenso al cráter Jezero. Los siete minutos de terror de Perseverance serán muy similares a los que ya vivimos en su momento con Curiosity. Del que Perseverance, por cierto, es casi un gemelo.

Aparte de su carga científica Perseverance lleva fijados sobre su chasis tres chips con los nombres de casi once millones de personas. Y como añadido muy de última hora una placa que quiere servir de homenaje al personal sanitario de todo el mundo que se está dejando la piel –y a veces la vida– en la lucha contra la COVID–19.

Perseverance ha sido la tercera y última misión en despegar hacia Marte en la ventana de lanzamiento de 2020. Le han precedido la misión Hope de los Emiratos Árabes unidos, que consiste en un orbitador, y la ambiciosa misión china Tianwen 1, que consiste en un orbitador, un aterrizador y un rover.

Las tres llegarán a su destino –si al Gran Demonio Galáctico le parece bien– en febrero de 2021.

La que no lo ha conseguido ha sido la misión ExoMars 2020 de la Agencia Espacial Europea en colaboración con Roscosmos. Tendrá que esperar a 2022.

La misión está en Twitter como @NASAPersevere. Y tiene un alter ego algo maquiavélico no oficial en @PercyRover.

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